PAMPLONA. El marrón ya es el color predominante de la paleta del otoño. Una época en la que caen las hojas pero también lo hacen las castañas. Estos frutos antiguamente estaban considerados tan fundamentales como lo son ahora las patatas o por lo menos así lo recuerdan en Irañeta. Una localidad navarra en la que han conseguido mantener el olor de antaño por esta época. Un pueblo en el que estos frutos otoñales se han convertido en los grandes protagonistas, tanto o más, que Patxi, un lugareño de 71 años, que trepa por los castaños como el mismísimo Tarzán y que lleva media vida entregado al que se considera el manjar del otoño. Según dice, en la localidad navarra es uno de los puntos donde más frutos se recogen y se degustan las "mejores castañas del mundo".