Cambian la cerradura de su casa a un desahuciado que alega no ser advertido
carlos ramírez perdió su vivienda el año pasado tras quedarse en paro Compró por 220.000 euros un piso "en ruina" que él mismo reformó en 2007
pamplona. Era de noche, regresaba a su casa y Carlos Fernando Ramírez Ramírez se encontró este miércoles con una nota pegada con celo a su puerta. En el escrito rezaba: "Con fecha de hoy se ha procedido al lanzamiento del piso y entrega al BBVA en relación con el procedimiento que se lleva en el Juzgado de Primera Instancia número 2/nº 323/12. Las llaves las tienes en el teléfono 944-523340". El teléfono correspondía a una empresa de cerrajería de Bilbao que fue la que cambió el bombín de la puerta y le impidió entrar. Esa noche durmió en casa de un amigo después de que le diera un vuelco el corazón. "No pude ni sacar mis cosas porque nadie me comunicó que iba a ser el lanzamiento ese día", explica este navarro, de origen peruano, incapaz de contener la emoción en sus ojos. "Me siento como un proscrito, como un delincuente perseguido por la Justicia", destaca.
Recapitula la historia de su vida en este país y no entiende "esta condena". Él vino para trabajar y ahora, sin ningún ahorro, se ve amenazado por una deuda multimillonaria por haber ocupado un piso durante cinco años, vivienda que por otro lado reformó con sus propias manos porque "estaba casi en ruina". El piso, situado en el número 40 de la calle Jarauta, fue tasado en 220.000 euros y obtuvo del BBVA el 100% del préstamo a 30 años con cuotas que han oscilado entre 1.178 y 1.300 euros. "La verdad es que si el banco me llega a decir aquel maldito año, 2007 -cuando ellos ya sabían que la burbuja iba a estallar- que no me daban el crédito, yo me habría ido a una habitación de alquiler, y tan feliz...", relata. Por cierto, que gracias a que fue capaz de alquilar alguna de las habitaciones de su vivienda consiguió salvar durante un tiempo el pago de su hipoteca cuando le faltó trabajo. Se quedó en paro en 2009, hasta entonces trabajó full time, los siete días de la semana. Tenía empleo en la construcción, en un restaurante de comida rápida y en un club de golf. Ingresaba al mes unos 2.000 euros. Al quedarse sin trabajo el banco le ofreció una carencia de dos años para pagar solo intereses vinculado a un préstamo personal dirigido a cubrir la deuda pendiente, una operación que no hizo más que "complicar" su situación, admite. Terminó el subsidio y no pudo renovarlo por razones que todavía no entiende alegando que al tener un hijo en Chile de 16 años tenía que presentar un certificado de trabajo "cuando el niño no está colocado". En la aventura de la vivienda se metió con su anterior pareja, Betty, pero los problemas económicos les han terminado de distanciar, asegura. En junio del año pasado dejó de pagar al banco, acudió a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y pidió un abogado de oficio. Antes de la subasta el banco le propuso una salida que consistía en devolver el piso y pagar una deuda de 40.000 euros. "Mi abogado la rechazó, además suponía abonar 180 euros mensuales durante 20 años y quedarme en la calle", recuerda.
Tras adjudicarse el banco el piso a través de una subasta judicial, se le notificó el primer aviso de desahucio. El segundo aviso del lanzamiento definitivo asegura que no lo recibió. Al parecer, a través de la PAH ayer pudieron comprobar cómo el juzgado en realidad resolvió en fecha 23 de octubre la comunicación del desalojo forzoso fijada para el 9 de enero, y "nos dicen que lo notificaron al procurador pero a mí no me llegó nada...". Ni siquiera sabe lo que tiene pendiente con el banco: "Me dijo un gestor que debía una buena cantidad". El lunes acudirá a los Servicios Sociales del barrio para solicitar una renta básica y un alquiler social. "Yo quiero quedarme aquí, en España; además, aunque me quedé sin trabajo yo tenía buenas perspectivas porque he tenido amigos chinos con los que trabajar en sus negocios, en el comercio, pero ahora con una situación de embargo no puedo hacer nada, no me pueden prestar dinero. Tengo la nacionalidad española, pero me siento totalmente inseguro...", explica. Carlos pide la dación en pago y empezar de nuevo. "Apenas he disfrutado de esta vivienda y la he pagado religiosamente mes a mes hasta no poder más...".
Más en Sociedad
-
“Nos encontramos con hombres, mujeres y niños que vienen destrozados”
-
Valencia suspende las clases este lunes en una treintena de centros ubicados en zonas inundables
-
Chatbots y elecciones: la inteligencia artificial que puede cambiar opiniones políticas
-
Ensayo de la CUN sobre la disfunción eréctil: "El bótox relaja el músculo liso del pene y logra una erección de mayor calidad"