Llegaron al monte Ezkaba de Iparralde o desde México, y ayer fue la primera vez que las descendientes de los tres supervivientes (aunque se baraja la opción de que haya un cuarto sin identificar) se reunieron en este homenaje en recuerdo a los protagonistas de la fuga del fuerte. Pilar Marinero, hija de José Marinero (quien acabó en México), agradeció la presencia a quienes se acercaron y a Txinparta por su labor, aunque no pudo continuar su agradecimiento por encontrarse visiblemente emocionada. Ana Fernández Urrutxaga recordó una entrevista que concedió su padre, Jovino Fernández, al periódico Solidaridad Obrera relatando sus días de marcha hasta alcanzar Francia. De Valentín Lorenzo, tercer fugado, se juntaron portando flores por su recuerdo varios familiares: su nuera, su sobrina, un nieto y un bisnieto. El momento de la ofrenda floral, antes del baile del aurresku por los dantzaris Ana Carmen Pla y Mikel Larumbe, se subrayó por los organizadores: "Una flor por cada preso, una por cada asesinado; una flor por la República; una flor a cada sueño perseguido; una flor a la memoria y a quienes la rescatan, una flor a la verdad; una flor de reparación no llevada a cabo, una a los sueños por la que dieron su vida".