Pamplona. Los afectados denuncian la desatención de las autoridades navarras, que no contactaron con las familias, y estatales en el caso de la madre, así como el escaso apoyo para mediar con el hospital, que optó por exigir 60.000 euros a la familia sin que el Ministerio de Asuntos Exteriores intercediera.

Fruto del accidente registrado el pasado 20 de mayo, Irene Apesteguía y Verónica Borda, madre e hija, fueron trasladadas al hospital privado Versa, en Nevsehir, junto a otros seis turistas españoles heridos en el siniestro. Ambas fueron intervenidas de urgencia con lesiones en la espalda y las piernas, y quedaron ingresadas en el centro, en habitaciones separadas y prácticamente incomunicadas hasta que el día 23 acudió al país Jesús Borda, marido y padre de las heridas, junto a una hermana suya, así como con familiares de Oyaga. Irene quedó ingresada en la UCI al contraer una neumonía tras la operación, narra Verónica.

La empresa del globo aerostático aseguró que "pagaba todos los gastos" y Verónica regresó a Pamplona el 5 de junio, mientras sus padres permanecían en el país. En el CHN comprobaron que "tenía roto el peroné y el tobillo derecho", así como "una fisura en el izquierdo", por lo que debió someterse a una nueva operación, recuerda. Días más tarde recibió el alta hospitalaria pero obligada a permanecer postrada temporalmente en una silla de ruedas hasta que "en un mes" pueda apoyar alguna de las piernas.

Los padres de Verónica, mientras tanto, esperaban la mejoría de Irene. Una vez estable, el día 18 de junio, les comunicaron que si conseguían un avión medicalizado podría regresar a Navarra, aparato que aterrizó el día 20 en la ciudad de Nevsehir.

Cuando todo parecía que llegaba a su fin comenzó la odisea administrativa, ya que "el hospital no le devolvía el pasaporte" a Irene. Su estancia había generado "una factura de 91.800 euros" de la que "el seguro internacional abonó 31.800", explicó Verónica Borda. La familia, en ese momento, sintió que "estaban secuestrando" a la herida, por lo que pidió ayuda a la Embajada, que eludió responsabilidades y alegó que no podía acompañarles a una comisaría turca a denunciar, así como tampoco podía interceder en un conflicto entre aseguradoras (la de los globos y el internacional).

aguedi mejora "El resto tuvimos que ponerlo del bolsillo de la familia. Nos avisaron dos horas antes de que despegara el avión y desde Pamplona no podíamos hacer más porque los bancos estaban cerrados y no aceptaban la tarjeta. El avión esperó un día más y ya pudo venir", añade. La familia tuvo que hacer frente al gasto sin la ayuda del embajador ni del cónsul, que "sólo fueron a sacarse la foto los primeros días", critica. "De la Embajada, llamaron diciendo que ya volvían, y mi prima les dijo que habíamos tenido que pagar y se sorprendieron porque el hospital no les había dicho nada", recuerda.

Ahora, Irene Apesteguía se recupera en el antiguo Virgen del Camino mientras su familia lucha en los tribunales por recuperar el dinero que debieron abonar al seguro internacional después de que el de los globos aerostáticos se desentendiera.

La otra navarra herida, Aguedi Oyaga, llegó a Pamplona el 14 de junio tras salir de la UCI del hospital público de Kayseri en la que permaneció sedada semanas con las piernas rotas, varias costillas fracturadas y encharcamiento pulmonar. Su hermana Marisol, quien viajó hasta Turquía, admite que el trato de los sanitarios fue "impecable", así como la colaboración del intérprete. Al querer la casualidad que tras el choque fuera trasladada a un hospital público la factura fue menor, y fue abonada por seguros particulares.