ribaforada. El Ayuntamiento de Ribaforada decretó ayer dos días de luto oficial y el cierre de las piscinas municipales hasta mañana, por la muerte por ahogamiento del niño Iker Martínez Buil, cuyo funeral tendrá lugar hoy a las 19.00 horas en la parroquia de San Bartolomé. Aunque aún habrá que esperar a que finalicen las investigaciones de la Policía Foral, de las primeras indagaciones no se desprenden irregularidades manifiestas o flagrantes en lo concerniente al servicio de vigilancia de la piscina en la que se produjo el fatal suceso.
Todos los grupos municipales consensuaron ayer un escrito en el que, además de mostrar su pesar por el trágico suceso, el Consistorio se puso a disposición de la familia del menor "para todo lo que pueda necesitar". Por otra parte, expresaron su agradecimiento a los socorristas y al personal sanitario que atendió a Iker Martínez "por su rápida intervención".
En este sentido, el alcalde Jesús María Rodríguez, que no dudó de la adecuada actuación de los socorristas y sanitarios, se remitió a las conclusiones que arrojen las diligencias abiertas por Policía Foral para aclarar cómo se desarrollaron los hechos y cuáles fueron las causas del accidente. Para ello, el mismo domingo prestaron declaración los socorristas y varios chicos que se encontraban con el fallecido.
Los resultados de la autopsia que se le efectuó en el Instituto Navarro de Medicina Legal confirmaron que la causa del fallecimiento de Iker Martínez fue el ahogamiento, al habérsele introducido agua en los pulmones, pero aún es pronto para saber si el niño sufrió alguna indisposición previa o si el desencadenante fue la fatiga que pudo haber ido acumulando durante el juego.
Los agentes del Cuerpo autonómico siguieron tomando ayer manifestación a los testigos y personas implicadas en lo ocurrido, y comprobaron que las piscinas municipales de Ribaforada cumplen con la normativa en vigor, al contar con un socorrista, como es preceptivo, y que esta persona se encontraba en su puesto cuando se produjo la emergencia.
El accidente tuvo lugar sobre las 18.00 horas en la piscina municipal de Ribaforada, que tiene una profundidad de 1,5 a 3 metros. El vaso fue desalojado de inmediato tras lo sucedido y finalmente quedó precintado por orden de la Policía Foral, cuyo unidad de Policía Judicial se ha hecho cargo del atestado.
Tal y como ha podido confirmar la investigación, el menor de 12 años de edad estaba jugando en el agua con un primo suyo a tirar unas gafas de buceo al fondo de la piscina, que recuperaban sumergiéndose y recogiéndolas. Sin embargo, por causas que aún deberán precisar las pruebas forenses, el niño se lanzó al agua y no regresó a la superficie.
Fue el menor que jugaba con Iker Martínez quien intentó auxiliarlo en un primer momento y al ver que no podía sacarlo fuera del agua por sus propios medios alertó al socorrista de las piscinas, que acudió inmediatamente a atenderlo. En las labores de reanimación también intervino otra persona con formación en primeros auxilios y personal sanitario, aunque los esfuerzos fueron en vano.