pamplona. La localidad navarra de Cintruénigo se encontraba ayer por la tarde desolada tras conocer la noticia del fallecimiento de Raúl Sanz Sáez-Benito. El niño de 13 años sufrió un grave accidente con un quad en la localidad riojana de Igea.

Sanz Saéz-Benito había acudido hasta La Rioja a una casa familiar, ya que "parte de sus parientes viven allí", según informó la alcaldesa cirbonera, Raquel Garbayo Berdonces. Garbayo conocía desde hace años a la familia, ya que reside muy cerca de ellos. "Les veía habitualmente, éramos vecinos, solo vivían a unas pocas casas de distancia", señaló afectada la edil.

El suceso tuvo lugar a las 15.20 horas, cuando Raúl perdió el control de su quad y se salió de la vía por la que conducía, según informaron fuentes del Centro de Coordinación de SOS Rioja y de la Guardia Civil de la comunidad vecina. Acto seguido el vehículo volcó en un camino situado en el paraje conocido como La Torre y sufrió una serie de golpes que provocaron su fallecimiento, añadieron estas mismas fuentes.

Tras el accidente, un grupo de particulares llamaron al telefóno de emergencias. Hasta el lugar de los hechos se trasladaron recursos sanitarios del Servicio Riojano de Salud, Bomberos del CEIS, así como personal de la ERIE Psicosocial del Gobierno de La Rioja y de los servicios funerarios. Finalmente, el cuerpo del menor fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, añadieron desde el Centro de Coordinación de SOS Rioja.

estudiante de jesuitas Estudiante de San Francisco Javier en Tudela, en Cintruénigo le recuerdan como "un niño bastante callado y muy listo", según indicaron en un establecimiento de la localidad. Los vecinos lamentaban que hubiera perdido la vida de forma "tan repentina" a prácticamente un mes de que cumpliera sus 14 años, edad que le llegaría el 1 de septiembre.

Hijo de Laura y Raúl, tenía una hermana, Yaiza, que también vivía en Cintruénigo, y dos hermanastros, un varón y una mujer. Aficionado a las redes sociales, Raúl colgaba en Twitter gran variedad de fotografías, en las que aparecía tanto tocando la guitarra eléctrica como de viaje por Roma.

Su padre, Raúl Sanz, es dueño de la empresa Ribera Grupo Sanz y es una persona muy querida en el pueblo. "Es una familia estupenda, tenían un hijo muy bueno, era un gran chaval. Ellos saben que tienen todo mi apoyo y que pueden contar conmigo en lo que necesiten", destacó ayer la alcaldesa Raquel Garbayo. Los vecinos explicaron que "en un pueblo tan pequeño al final todo el mundo se conoce y un suceso como este afecta mucho más".