pamplona. El despliegue de la BRIF se realiza en uno de los dos aparatos monoturbina B3 que tiene contratados la Agencia Navarra de Emergencias para la extinción de incendios forestales durante la campaña de verano. Estos helicópteros, famosos por ser el único modelo que ha hecho cima en el Everest, están equipados con un bambi, una cesta que permite cargar hasta 1.000 litros de agua que sirven para debilitar en primera instancia las llamas. "Yo he cargado agua en toda clase de sitios, como piscinas particulares. Creo que solo me falta hacerlo en La Concha", bromea el piloto José Luis Iraola.

Para saber los lugares próximos al incendio en los que el piloto puede abastecerse de agua, el GPS del helicóptero incorpora una capa de mapas específica en la que aparecen reseñados pantanos, ríos, balsas e, incluso piscinas, donde, en posición de estacionario, se hunde el bambi, "como si fuera un cubo de playa, hasta que se llena". La cesta también lleva incorporada una autobomba que permite llenar la cesta en 30 segundos si no hay profundidad suficiente.

Iraola advierte, no obstante, que "no todos los puntos de agua están metidos en el GPS. Por ejemplo, el Canal de Navarra no lo está y nos hace un gran favor" y destaca que "siempre que nos acercamos a la zona del incendio estamos pendiente de buscar puntos, ya que cuanto más cerca esté, mejor, porque entonces la frecuencia de descargas es más rápida".