Andraize y el CAM del Ensanche, desbordados con esperas de más de 4 años para revisiones
el centro de la chantrea, a punto de superar la demora tope para prevenir el cáncer de cérvix El Gobierno foral descarta reorganizar los Centros de Atención a la Mujer o aumentar el número de profesionales
pamploNa. Más de cuatro años y medio de espera para una revisión preventiva. En esta situación se encuentran mujeres a las que les corresponde o han elegido ser atendidas en el Centro de Atención a la Mujer Andraize-Buztintxuri, que acumula 1.558 pacientes que ya deberían haber sido vistas en consulta.
Las recomendaciones para prevenir el cáncer de cuello de útero, el único cuya aparición se puede impedir, incluyen revisiones en un horquilla que oscila entre tres y cinco años, así que este centro, y en menor medida el del Ensanche, donde la demora alcanza los cuatro años y dos meses, se encuentran ya en la parte superior de esa horquilla. "Reconozco que estamos llegando al límite en Andraize, donde el problema es más importante que en el Ensanche, y estamos preocupados por ello", admite el responsable de los CAM en Navarra, Ricardo Ezcurra, quien destaca que Salud todavía no ha dado con la solución para el desbordamiento de estos centros. "Aunque aún estamos dentro de los parámetros, nos encontramos en la parte alta y esto no es lo deseable. Sería mejor situarnos cerca de los tres años que de los cinco, si los alcanzamos no estaríamos dentro del plan de prevención de cáncer cervical", advierte el responsable de Andraize, Pablo Sánchez Valverde.
Ezcurra precisa, no obstante, que no existen listas de espera como tales porque no hay un programa activo de revisiones para prevención del cáncer de cérvix -que contempla citologías con toma de muestra y análisis en laboratorio- como puede ser el de prevención precoz de cáncer mama. "Es un servicio que brinda el Gobierno de Navarra en su cartera, pero no existe un protocolo de citación. Hay espera, pero no en función de un programa sino de la demanda", explica.
acuerdo Sobre el origen de este plan preventivo que existe de facto pero no está protocolizado se encuentra en los propios centros. "Por nuestra cuenta, decidimos hacer una citación activa. A las mujeres, cuando van a hacerse la revisión, se les informa de que se les avisará de nuevo en tres años, que es lo acordado en virtud de un estudio y las recomendaciones de la Sociedad Española de Ginecología, que conseja hacerlo desde el inicio de las relaciones sexuales hasta los 65 años, pero algunos centros, como Andraize y el Ensanche, no tienen capacidad para hacerlo", afirma.
Este rebosamiento de las listas de espera, que se circunscribe a los dos centros citados, ya que el resto de los CAM funcionan con normalidad y algunos, como el de Tafalla, apenas tienen demora, obedece a varias razones, entre ellas a las variaciones poblacionales, al derecho de la mujer a la libre elección de CAM y ginecólogo y a las peculiaridades propias de los centros, Andraize, por ejemplo, se incorporó a la red del Gobierno aunque en su origen, cuando era el único centro de planificación familiar, dependía del Ayuntamiento, lo que hizo que aportara un gran bagaje de pacientes de todos los barrios, que ha ido aumentado estos años por su prestigio y actividad, sobre todo, en lo relativo a educación sexual y anticoncepción. Andraize, además, asumió pacientes tras el cierre de los centros Laira y Argia.
"El problema no afecta a todos los CAM por igual porque la distribución de la población es muy heterogénea", explica Ezcurra. Según coincide con Sánchez Valverde, la población de los barrios ha sufrido modificaciones desde que hace 15 años comenzaran a funcionar los CAM. Esto ha hecho que en unos haya envejecido y en otros haya sucedido lo contrario. "Iturrama y San Juan, por ejemplo, han envejecido mientras que Buztintxuri o la nueva Rochapea han incorporado gente joven, que es más demandante de los servicios de los CAM", señala el responsable de Andraize. Este fenómeno también ha influido en la ratio de pacientes. "No es lo mismo tener 6.000 de Berriozar, que son gente joven, que de Iturrama, con una media de edad alta, unos 50 años. No es lo mismo atender 200 embarazos que 50", precisa.
Las soluciones planteadas hasta ahora han sido diversas, entre ellas se encuentra la redistribución de la población por CAM. "No es tan sencillo como parece porque supondría, en primer lugar, el reconocimiento por parte del Gobierno de que existe el programa de prevención, y en segundo, porque desde el punto de vista demográfico y de infraestructuras supondría una reorganización muy importante, que conllevaría, además, cambiar de centros a mujeres que llevan 15 años en el mismo", dice Ezcurra. Por otra parte, esa nueva zonificación chocaría con otro inconveniente: la libre elección de centro. "Todas las mujeres pueden elegir centro y ginecólogo, es decir, que la que vive en Iturrama, si quiere, puede optar por el centro del Ensanche porque en su momento vivía en este barrio. Es una doble complejidad: una estructura aparentemente rígida, que es la zonificación, a cada barrio le corresponde un centro, y la libre elección de centro. Parece contradictorio", expone.
Un nuevo refuerzo de personal es otra medida descartada por el Gobierno, que amplió en dos ginecólogas los cuatro de Andraize al asumir Buztintxuri. "Me encantaría un aumento del personal porque entiendo a los compañeros. Nuevas plazas supondrían un alivio para los centros y trabajo para compañeros, pero la situación está complicada. El Gobierno informó de que no va convocar ninguna oposición y estamos teniendo problemas en la contratación para sustituir a los profesionales que se están jubilando, así que como para contratar gente nueva. Ojalá, lo defendería, pero la situación económica actual no permite un aumento de plazas. La negativa ha sido rotunda, así como para jubilaciones estamos consiguiendo avances, lograr plazas nuevas resulta imposible. De momento lo veo negro. Estoy preocupado y buscando soluciones, pero resulta difícil", admite el responsable de los CAM.
toma de muestras Sobre la mesa está la propuesta de que sean las enfermeras y matronas las encargadas de tomar las muestras en las revisiones preventivas, pero, al menos de momento, el Departamento de Salud no lo contempla. "En muchos lugares, habida cuenta de que se dispone de pocos ginecólogos, la toma de la muestra que luego se analiza en el laboratorio de citología, la hacen matronas y enfermeras, independiente de que el ginecólogo haga la visita: la exploración, la anamnesis (conjunto de los datos clínicos relevantes y otros del historial de un paciente), y la ecografía o lo que sea. Esta podría ser otra solución, montar puntos específicos que podrían estar dentro de las propias unidades en los que solo se haga la toma citológica, pero de momento el Gobierno de Navarra no lo ha contemplado en la cartera, descarta.
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