DOCKET se ha dado a la buena vida. Ha engordado cuatro kilos en un mes, se ha despojado de unas dosis de estrés y se tira millas en el campo echando unas carreras de órdago. Docket es el primer perro especializado en detección de drogas de la Unidad Canina de Policía Foral que ha obtenido la jubilación. Desembarcó en junio de 2006 en la comisaría de Policía Foral en Beloso después de que el cuerpo autonómico lo adquiriera de una remesa de canes de trabajo que trajo de la República Checa la Policía Nacional.

Precisamente Docket es un perro pastor alemán de línea checa, de capa gris y fuego, que llegó con año y medio de edad. Un factor ese de la edad, por el hecho de que no llegara recién nacido, que condicionó en parte su labor futura. "Cuando llegó, Docket ya no era un cachorro, por lo que venía ya con algunos miedos que luego fue consiguiendo vencer. Miedo a los suelos brillantes, a las rejillas con agujeros, a las alcantarillas, al ascensor... Ese tipo de temores son más fáciles de combatir si el perro es cachorro. Docket estaba inadaptado a los medios en los que iba a trabajar, son perros con instinto de caza a los que hay que reorientarles hacia el trabajo en el ámbito urbano", cuenta su guía. "Pero era una gloria trabajar con él, porque era muy metódico y muy obediente y a base de obediencia logró ir superando los miedos", recuerda la agente que le ha tenido a su cargo desde su llegada, cuando iniciaron juntos el curso de especialización de guía canino durante cuatro meses.

Por eso ahora la Policía Foral, cuya unidad de perros está especializada en drogas y explosivos, se encarga de seleccionar a sus propios rastreadores, a través por ejemplo de criadores profesionales, "con los que te aseguras una línea de trabajo (de una buena línea genética de progenitores, se obtiene un buen garante de su descendencia). Obviamente en ca-chorro siempre arriesgas algo, porque al final el perro no sabes cómo te va a resultar, pero es mejor poder enseñarle desde pequeño para que vaya venciendo todos esos temores y acostumbrarle a enfrentarse a los lugares donde luego va a trabajar. Así tienes un perro equilibrado". Para elegir a Dudu, uno de los perros especializados en búsqueda de explosivos, se visitaron dos criaderos y se manejaron siete perros.

Su guía dice que Docket seguro que ahora descansa de mente, aunque de cuerpo tampoco puede estar todo el día tirado a la bartola. El cuerpo le pide actividad. "Son perros de mucha energía, muy dominantes. Les tiene que gustar el cobro, tienen que tener pasión por la presa, o por el juguete, o por la pelota que es, al final, su recompensa. Todo su trabajo lo realizan para después obtener el premio de jugar con una bola, de poder morderla. Son perros que podrían asimilarse a deportistas de elite", certifican los especialistas, que añaden que es elección de ellos mismos convivir con los animales. La mayoría de los perros, sin embargo, duermen en las instalaciones de Policía Foral, unas casetas con vallas, con buen material aislante y una colchoneta térmica en la que pueden pasar la noche al abrigo.

en verano, un trabajo de órdago Docket no era ajeno a esa hiperactividad. Con unas poderosas condiciones físicas de base, ha estado en activo hasta noviembre de este año (más de siete años) Y su cuidadora tiene claro que Docket agradecerá ahora, una vez jubilado, no solo la práctica de una menor actividad laboral y, a su vez, habrá experimentado un descanso psicológico. "Mentalmente, el trabajo también es un gasto para ellos porque al final estamos disponibles las 24 horas, tanto los guías como los perros. Y hay épocas de un trabajo brutal, como en verano, cuando haces controles preventivos en Sanfermines, en los accesos de pueblos en fiestas. A ello, hay que añadir que no descansan el resto del año. También practicamos registros judiciales, controles en establecimientos de ocio...".

Los de explosivos suelen trabajar mucho en torno a las estaciones de autobuses y de tren y casi no dan abasto en fechas señaladas, como Navidades, Sanfermines -"a las tres de la tarde, en julio, inspeccionar la plaza de toros con ese calor sofocante es una tarea que solo la pueden hacer estos perros-, o en acontecimientos con personalidad relevantes. A lo largo de su servicio en la lucha contra la droga y dentro de la Policía Foral, Docket ha cumplido 400 servicios. Se dice pronto. Y en varios de ellos su labor cobró una especial importancia, porque "es capaz de localizar escondites de la droga que son totalmente inaccesibles para el ojo humano".

Su guía recuerda que uno de los asuntos en los que Docket cumplió con su papel ayudó a decomisar 1,4 kilos de hachís ocultos en un bar del barrio de Iturrama. "Entramos con el perro y al dueño del bar se le cambió la cara. No sabíamos dónde la guardaba, pero Docket empezó a señalar el baño. Indicaba que había algo en el interruptor de la luz y, aunque nos parecía increíble que allí se pudiera guardar la droga, sabemos que su olfato no fallaba". Se desmontó el pilar de la pared donde estaba puesto el interruptor y ¡eureka! Allí estaba no solo el hachís, sino también material de corte, bolsitas para la droga, móviles... "Aquello era imposible de localizar sin el perro".