pamplona - Pamplonés de pura cepa, y nunca mejor dicho ya que su padre era además vinatero, Ángel Ruiz de Erenchun Oficialdegui es un abogado penalista menudo que nada en el mundillo judicial como pez en el agua. Sus 50 años de ejercicio han ido parejos al devenir de la historia pamplonesa y le han colocado en las causas judiciales más renombradas de los últimos tiempos: en el franquismo defendió a concejales y alcaldes progres, ayudó a escapar a más de un exiliado, evitó cárcel a mujeres adúlteras y a prostitutas; años después se implicó en la agresión policial contra la ciudadanía en los Sanfermines del 78, fue portavoz de la familia Villoslada en el secuestro de ETA e intentó librar de la prisión, sin éxito, a Olivia Balda, esposa del presidente Gabriel Urralburu encarcelado por robar. Este pequeño gran abogado de 73 años -el 2 de octubre cumplirá 74- ha tocado muchos palos en el terreno profesional. Colegiado en 1964, fue decano y tesorero del Colegio de Abogados, trabajó a la vez en la Editorial Aranzadi como "ratón de biblioteca" recopilando sentencias para engordar la jurisprudencia, y, a fuerza de "dormir poco", ha mantenido un despacho boyante que comparte con un equipo y dos de sus tres hijos. Dice que es mal fisonomista, que saluda a ojo pero que no olvida ningún cumpleaños. Ángel es un personaje popular en Pamplona. Tendrá amigos y enemigos pero le aventaja una memoria privilegiada, su verbo rápido y un repertorio tan amplio de anécdotas que siempre despierta una sonrisa. Detrás de sus gafas de aumento, unos ojos vivos a los que no se les escapa ni una. Este pequeño gran hombre de 1,65 metros de altura guarda un secreto: tiene los títulos de entrenador y árbitro de baloncesto desde los tiempos en los que por ello se embolsaba un duro, que invertía en un bocadillo del García de San Gregorio y en el gallinero del Príncipe de Viana. Casado con Mirentxu Arteche, padre de tres hijos y abuelo de ocho nietos, su primer caso -levantar la multa a un cliente que no precintaba los chorizos le hizo estudiar mucho de chorizos- fue premonitorio en la carrera de este socarrón y sanferminero que no tiene reparo al asegurar que del mandamiento bíblico "creced y multiplicaos" él y su mujer solo han cumplido la mitad. - Lola Cabasés Hita