PAMPLONA. Las investigaciones comenzaron gracias a la colaboración ciudadana, cuando los agentes tuvieron conocimiento de que un varón podría dedicarse a la venta de sustancias estupefacientos en un bar del mecionado barrio. Con esta información, se desplegó un dispositivo de vigilancia en torno al establecimiento en el que se detectó que el sospechoso pasaba largas horas en su interior e inmediaciones, donde recibía frecuentes y breves visitas de personas con las que realizaba algún tipo de intercambio.
Según pudieron comprobar los investigadores, J.B.B., que cuenta con numerosos antecedentes policiales, almacenaba diversas cantidades de droga repartida en bolsitas de azucarillos en una zona arbolada cercana al bar. De esta forma, cuando recibía un encargo de algún comprador, se acercaba hasta el descampado y cogía la cantidad necesaria. Al volver al bar, realizaba la compra venta en su interior.Durante el dispositivo, los agentes inspeccionaron la zona arbolada con la intervención del grupo de Guías Caninos. Los perros marcaron varios lugares en los que se encontraban las bolsitas con droga, que se estaban siempre ocultas con vegetación y residuos, lo que hubiera hecho muy difícil su localización sin ayuda de los perros.
Por ello, se procedió a la detención de J.B.B., que portaba diversas cantidades de dinero fraccionado y varios envoltorios similares a los empleados para distribuir la droga. Además, el Grupo de Guías Caninos encontró en el descampado cercano al bar 12 bolsitas de marihuana y 10 piezas de hachís.
Por otra parte, también se detuvo a la propietaria del bar, A.M.M., que tenía conocimiento del tráfico de sustancias que se realizaba en su interior. También se intervino la recaudación de más de 1.100 euros de la caja del bar, ya que era totalmente desproporcionada a la actividad comercial observada durante la investigación.Los hechos se pusieron en conocimiento del Juzgado de Instrucción nº 5 de Pamplona.