PAMPLONA - Prepotencia es un mal endémico. Es difícil no encontrar a pocos metros a la redonda a personajes que disfrutan haciendo que los demás lo pasen mal. A diferencia de otros depredadores sociales, que disimulan sus comportamientos, estos son incapaces de ocultar que son tan detestables como parecen. Por lo menos, se les ve venir desde lejos.
Le copio una frase a Julio Cortázar: los hay que se creen la última chupada del mate.
-Ya lo creo que sí. Algunas personas todavía son peores, y se creen la primera y la última. Hay gente que, como se decía antes, parece que no tiene abuela y necesita recordar en todas partes sus habilidades y sus méritos. Suelen ser personas débiles, que incapaces de disfrutar de lo que son, se pasan por otras diferentes. Solo ellas saben, solo ellas conocen, y para librarnos de los malos influjos neutralizan cualquier buena idea que propongan otras personas.
Lo malo es que me temo que estamos rodeados.
-Sí. Desgraciadamente es así. Todo ese ejército de controladores de personas que hay en la vida necesitan tenerlo todo sujeto para que no se escape ni una sola idea brillante sin que tengan la posibilidad de apropiársela.
Una personalidad prepotente es un cóctel de lo peor del repertorio humano. Para empezar, narcisismo, y a partir de ahí, ¿qué más?
-Avaricia, soberbia, inseguridad, intransigencia, autoritarismo, ignorancia, frustración y crueldad. Como verás, a la ensalada no le falta ningún ingrediente. Alrededor de ellos no se mueve nada y si algo se atreve intentan que lo pague.
Un clásico que se suele cumplir es que la prepotencia la muestran con quienes están por debajo: con los de arriba son serviles.
-Cierto. Cuando te digo que son débiles, es porque solo se atreven a ejercer su prepotencia apoyados en gente poderosa ante la cual no tienen ninguna energía. Sin embargo, ante las personas que consideran por debajo despliegan su necesidad de sentirse poderosos y temidos. También ocurre que, incapaces de que se les recuerde por nada decente, te hacen recordarles por hacerte pasar mal rato. Ya saben que si no es por eso, nadie les va a dedicar un segundo de tiempo
No siempre estamos en posición de pararles los pies. Si realmente tienen poder, pueden hacer que lo pasemos muy mal.
-Bueno, siempre digo que el miedo es un mal compañero de viaje. A las personas prepotentes les activa y excita doblegar a personas con criterio, y no te digo yo que no lo puedan conseguir en ocasiones, pero pagan un precio más tarde o más temprano. En la película Gladiador, Cómodo quiere humillar a Máximo, pero le cuesta la vida. Las personas íntegras, como Máximo, entienden que la vida es una ruta a través de la cual extender sus valores y solo aman la vida si no la tienen que pasar bajo el sometimiento. La vida vale menos la pena si discurre bajo la humillación.
Además son vengativos. No perdonan a quien les hace frente... o sombra.
-Claro, porque eso los delata. Que haya personas que no les tengan miedo puede sentar un precedente y eso les asusta mucho. Por ello, en cuanto pueden difaman, generan escenarios de buenos y malos construidos interesadamente y que utilizan sesgadamente para aparecer como la bondad personificada, mientras el resto son la maldad absoluta. Además siempre les salen mal las cosas por culpa de los demás y ponen excusas absurdas para intentar justificar sus errores y ocultar su ineptitud.
Sospecho que no tienen remedio. Son así, les gusta y por lo tanto, no tienen la menor intención de cambiar.
-Si no se les tiene miedo, no les queda más remedio. Al final puede que basándose en su poder te sacudan, figuradamente, tres mamporros, pero siempre se llevan dos y a nadie le gusta irse caliente a casa en cada encuentro. Ya sabes que en las peleas y en las guerras no hay vencedores ni vencidos, solo destrucción y víctimas. Solo hay que ceder ante el razonamiento.
Cabe esperar, eso sí, que encuentren la horma de su zapato, es decir, otro prepotente que les dé su propia medicina.
-Ya la suelen tener en quienes les mandan, pero estas personas también suelen ser víctimas de otras a las que han protegido y que les pagan con la misma deslealtad con la que habitualmente se mueven ellas. En el mundo de intereses en el que se mueven, la traición y la venta al mejor postor están a la orden del día.
Ahora que no nos lee nadie, ¿no hay en casi todas las personas siquiera unas gotitas de chulería? Eso de "Cuidadito conmigo...".
-Hombre, sí, lo que las diferencia es en qué contexto se dice eso. Si alguien se acerca a molestarte y te saca el bíceps cuando le pides una explicación, está bien advertir lo que le puede esperar. Ya te decía que en las peleas perdemos todos y es bueno advertirlo porque las personas con principios pierden por algo que es de recibo.