huelva - Los restos mortales de los niños Ruth y José, asesinados en octubre de 2011 por su padre, José Bretón, en Córdoba, descansan en el cementerio municipal de San Bartolomé de la Torre (Huelva), donde fueron enterrados poco después de las 13.30 horas en una ceremonia íntima. Antes del entierro se celebró un funeral en la parroquia de Santa Teresa de Jesús, una ceremonia a puerta cerrada a la que sólo tuvieron acceso los vecinos de la zona y personas allegadas a la familia.

La madre de los niños llegó a la iglesia poco antes de las 11.30 horas y esperó en su interior hasta que a las 11.55 llegó un único féretro blanco con los restos de los dos niños. El obispo de la Diócesis de Huelva, José Vilaplana, fue el encargado de presidir la ceremonia fúnebre, acompañado de otros cinco sacerdotes, en una iglesia que se llenó de gente.

La ceremonia en la iglesia la abrió, por su expreso deseo, Ruth Ortiz, que sólo pudo expresar entre lágrimas lo “doloroso que es aceptar la muerte de los hijos” y decir que su consuelo es que confía en que “Dios tendría razones para que pasase esto”. En la homilía, el obispo lamentó que se produzcan crímenes como el que ha provocado la muerte de los niños y señaló que “la crueldad humana puede matar el cuerpo pero no el alma”.

comitiva del entierro Tras unos 40 minutos de funeral, la madre de los niños abandonó la iglesia por una puerta trasera y una comitiva formada por 11 coches siguió al vehículo fúnebre hasta la localidad de San Bartolomé de la Torre, el pueblo natal de la madre Ruth Ortiz, a unos 35 kilómetros de la capital. Allí el dispositivo policial fue más intenso, y estuvieron cortados todos los accesos al cementerio municipal, con permiso sólo para acceder a los propietarios de viviendas o fincas de la zona, vigilada en todo momento por efectivos de la Policía Local, Guardia Civil y Protección Civil. En varias calles del pueblo también se apreciaba presencia policial para controlar que nadie ajeno a los deseos de privacidad de la madre pudiese acceder al cementerio ni a sus alrededores.

Los vecinos de la localidad respetaron el deseo de Ruth Ortiz y de su familia de enterrar a sus hijos en la intimidad, y no accedieron a la zona del cementerio.

tres años después El entierro puso punto y final a un caso que se inició cuando el padre de los niños, José Bretón, denunció su desaparición el sábado 8 de octubre de 2011. Finalmente, José Bretón fue condenado por el doble asesinato de sus hijos a 40 años de prisión. El entierro se produce después de que el fallecimiento de los niños se haya inscrito en el Registro Civil de Córdoba, requisito indispensable para que se le puedan entregar a Ortiz los restos. Después de dos años, desde que en septiembre de 2012 se confirmara que los restos que aparecieron en la hoguera de la finca Las Quemadas de Córdoba eran de sus hijos, Ruth Ortiz cumplió ayer su deseo. A lo largo de todo este tiempo Ruth Ortiz ha reclamado en reiteradas ocasiones que le fueran entregados los restos de sus hijos, alegando, por boca de su abogada, “razones humanitarias”.