pamplona - No es un trastorno del sueño, pero provoca dificultad para conciliarlo e incluso insomnio. Las personas que sufren el síndrome de las piernas inquietas, trastorno neurológico con más de 64.000 afectados en Navarra, experimentan una irrefrenable necesidad de mover las piernas, además de hormigueo y dolor, especialmente durante las horas de sueño, síntomas que mejoran con la actividad. Neurofisiólogos del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) han sido galardonados recientemente en un congreso nacional por un estudio sobre este síndrome y el periplo médico de los enfermos.
Las principales causas de esta dolencia, que puede afectar a un 10% de la población y hasta al 60% de las personas mayores de 65 años, son la carencia de hierro y el desequilibrio en los niveles de dopamina del cerebro, pero también puede influir el componente familiar. “Es un trastorno bastante prevalente, pero como suele ser leve, quienes lo sufren no le suelen dar importancia hasta que el cuadro es intenso”, señala Iñaki García de Gurtubay, uno de los miembros del equipo que realizó el estudio.
“Era un síndrome poco conocido, sin embargo, ahora lo es tanto que hasta le quieren cambiar el nombre para que deje de ser síndrome y pase a llamarse enfermedad de Willi-Ekbom, las personas que lo describieron por primera vez”, explica García de Gurtubay. “Obedece a un déficit de hierro y dopamina a horas concretas del día en el líquido cefalorraquídeo. También se sabe que hay familias con predisposición a padecerlo porque hay genes que lo favorecen”, añade.
Las manifestaciones de este síndrome, que incluye dar patadas en la cama, pueden dar lugar a confusiones no solo entre los pacientes sino también entre los médicos, que se enfrentan a la dificultad añadida de que los propios enfermos, muchos de ellos personas mayores, no pueden precisar los síntomas. “Se puede confundir con problemas de circulación, efectos de medicaciones, problemas de las raíces de los nervios o artritis, por ejemplo. Es raro que los pacientes cuenten bien lo que les pasa desde el principio, sobre todo si el cuadro es leve, cuando puede haber temporadas buenas y malas e incluso desaparecer solo”, explica. Todo ello hace que los pacientes sean vistos por diferentes médicos de Atención Primaria y especialistas, como reumatólogos, traumatólogos, endocrinos, neurólogos. “Van de médico en médico, sobre todo si el cuadro no está muy claro”, explica el experto, quien señala que el estudio tenía como una de sus finalidades ayudar a definir pacientes y organizar circuitos.
Este síndrome, además de las consecuencias derivadas de la falta de sueño en las actividades diarias, como inseguridad en la conducción, puede llegar a provocar incapacidad laboral. “Es un trastorno que en su forma clásica comienza por la tarde-noche, entre las 7 y las 8. Cuando el paciente tiene un trabajo que le obliga a estar sentado a esas horas es muy difícil que pueda permanecer en su sitio si se le duermen las piernas. Hay gente que tiene que cambiar el turno o buscar otras fórmulas”, comenta.
Los expertos optan por reservar el tratamiento farmacológico, hierro y dopamínicos (la misma medicación del Parkinson pero en dosis más bajas), para casos severos. Este colectivo, entre un 2 y un 5% de la población, está formado por enfermos que en una escala de 40 con preguntas sobre frecuencia, intensidad e incapacidad de síntomas superan el 15-20 o aquellos que sufren los síntomas dos o tres días a la semana. “El tratamiento es eficaz, pero pierde efectividad con el tiempo por eso hay que intentar retrasarlo”, precisa García de Gurtubay, quien recuerda que el síndrome también es frecuente en el embarazo por falta de disponibilidad de hierro en el sistema nervioso central.
Reunión. El estudio del CHN titulado Análisis del manejo de pacientes diagnosticados de síndrome de piernas inquietas tras su paso por una unidad de sueño recibió el galardón en la categoría de Sueño en la LII Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurofisiología Clínica en formato de comunicaciones orales.
Autores. El estudio se realizó entre 2013 y 2014, conjuntamente con neumólogos de la Unidad del Sueño, y en el participaron Iñaki García de Gurtubay, Mª Teresa Alonso, Beatriz Martín, Gurutzi Azcona, Jose Antonio Cascante y Gonzalo Morales.
Dos galardones. Un segundo trabajo fue premiado en la categoría de Electroencefalografía, y lleva como título Comparación de tres sistemas de cuantificación del SWI en pacientes con Estatus Epiléptico del Sueño Lento (ESES) definido. Variabilidad inter-método e inter-observador. Está firmado por los doctores Gurutzi Azcona, Iñaki García de Gurtubay, Mª Teresa Alonso, y Gonzalo Morales, así como por los neuropediatras Mª Eugenia Yoldi y Sergio Aguilera.