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Vuelos que se ordenan con tiralíneas

Las compañías planean las rutas y los controladores las vigilan

Aunque está contemplado por los manuales, el vuelo no es la forma de proceder habitual, ni mucho menos, de los aviones comerciales. Más bien todo lo contrario. La ruta de un avión entre dos aeropuertos se encuentra establecida de antemano, normalmente por el departamento de operaciones de la aerolínea en cuestión, y aunque siempre está sujeta a imprevistos, como la meteorología, que puede aconsejar o exigir un desvío, o la densidad del tráfico, que pueden obligar a introducir alguna variación en el recorrido, son itinerarios completamente repetitivos y definidos con tiralíneas.

Cuando se planea la ruta de un avión de un aeropuerto a otro lo que se hace es establecer un plan de vuelo, según explican fuente de Enaire, que añaden que dicho plan recoge el paso del avión por una serie de puntos determinados establecidos en las cartas de navegación aérea, conocidos como fijos, y con nombres formados por cinco letras como por ejemplo MARIO, RONKO o ALEPO.

Además de los fijos, las rutas también pueden incluir el paso por radioayudas, cuyo nombre tiene tres letras en las cartas de radionavegación aérea. El VOR/DME situado en El Perdón, por ejemplo, se denomina PPN (Papa Papa November, en el código radiofónico). Son estaciones emisoras o radiofaros que son recepcionados por los equipos instalados a bordo de los aviones y suministran datos de localización y posicionamiento a los pilotos.

Para ir de uno de esos puntos al siguiente el avión usa una aerovía, que es un corredor aéreo que une dos puntos fijos. Esta cartografía, es decir, la existencia de estas autopistas del aire contribuye muy eficazmente a garantizar un alto grado de seguridad a las numerosas operaciones aéreas que se realizan simultáneamente.

Los controladores aéreos gracias al radar y a las comunicaciones por radio tienen en cada momento una visión de conjunto de donde están los aviones bajo su responsabilidad y se encargan de controlar que estos no se desvíen de su ruta planeada. La existencia de una amplia gama de frecuencias VHF y UHF principalmente, permite a los diferentes centros de control de tierra regular la circulación aérea en las diferentes zonas de vuelo.

Aunque los controladores aéreos también se encargan de ordenar los diferentes niveles de las aerovías, dejando una mínima separación de seguridad vertical entre ellos, la mayoría de los aviones están dotados de un radar antichoque que modifica la ruta en caso emergencia.