Pamplona - El incremento, la precocidad y la normalización social de las llamadas drogas legales (tabaco, alcohol y, especialmente, hipnosedantes o psicofármacos) detectado en la última gran encuesta del Plan Nacional de Drogas -cuyos resultados son extrapolables a la Comunidad Foral- preocupa a los técnicos de prevención navarros que ponen el otro punto de atención en el enquistamiento de un grupo minoritario (menos de un 5% de la población) que consume más de una sustancia o lo hace cada vez con mayores patrones de riesgo. En sentido contrario, el consumo de otras sustancias como el cannabis, la cocaína, la heroína o drogas de diseño (en parte, quizá, por los efectos de la crisis) baja ligeramente respecto a anteriores ediciones de la encuesta aunque resulta también alarmante el incremento del cannabis como puerta de entrada otros consumos relevando al alcohol o el tabaco. De hecho, ya son más las personas -con un adelanto también en la edad de inicio- que fuman antes un canuto (5,3%) que un cigarro (4,4%). La macroencuesta Edades publicada por el Ministerio de Sanidad ha contado con un amplia muestra en Navarra (604) a personas de entre 15 y 64 años, con lo que el margen de error no supera le 4% y además, sus tendencias coinciden con las detectadas con otras investigaciones sociológicas complementarias (Estudes, de 14 a 29 años) o la recientemente presentada Encuesta Navarra de Salud y Juventud 2013. Precisamente, los expertos del Plan Foral de Drogodependencias, del Instituto Navarro de Salud Pública, se encuentran analizando esta información y adelantan, por bloques, sus percepciones y valoraciones en torno la encuesta estatal que se realiza cada dos años, lo que permite observar la evolución.
alcohol
Un consumo institucionalizado
Un 64,4% consume habitualmente alcohol y 1/5 se “emborracha”
Los datos no han cogido por sorpresa a los técnicos de Plan Foral de Drogodependencias. Respecto a las últimas encuesta se da un incremento de dos puntos en el apartado que refleja los “bebedores activos”, es decir, aquellos que han consumido alcohol en el último mes. Aunque el porcentaje de personas que consume a diario permanece estable en torno al 10%, ese parámetro mensual es el que marca la tendencia social con un 64,4%. El dato sobre personas que han bebido en el último año es menos relevante (78,3%) ya que define al sector de población que consume por “experimentar”.
En el tema del alcohol otra perspectiva de análisis interesante tiene que ver con el consumo excesivo en un periodo de tiempo corto. Los expertos hablan de dos fenómenos: la borrachera, algo subjetivo; y el Binge drinking (alcohol en atracón), que se mide con un criterio objetivo como son las unidades de bebida consumida en un periodo de dos horas (4 en chicas y 5 en chicos). Respecto al primer asunto, 2 de cada 10 encuestados afirman que se han emborrachado en el último mes mientras que un 15,5% han hecho binge, tres décimas más que en la encuesta de 2011/2012. El botellón se concentra especialmente en el tramo de edad de 15 a 24 años rozando el alarmante dato de que uno de cada tres jóvenes confiesa haberlo hecho. La edad de inicio del consumo de bebidas alcohólicas se adelanta a los 16,7 años.
Aunque la bolsa de “consumidores de riesgo” no supera el 4,5% (casi 30.000 personas), desde el Plan Foral de Drogodependencias se advierte sobre la consolidación de estos dos patrones negativos de consumo (el atracón entre jóvenes y un consumo habitual entre un porcentaje importante de la población), doble fenómeno que explican por un que “existe una cultura social que tiene normalizado el consumo y abuso del alcohol”. Además de medidas educativas y de promoción de la salud, desde el Instituto de Salud Pública se insta también a retomar el debate social y la regulación normativa. “En el ámbito del tabaco se ha visto la eficacia de la ley para rebajar el consumo, pero respecto al alcohol hemos conocido tres grandes fracasos a nivel estatal tanto con los gobiernos del PSOE como del PP en 2005, 2007 y 2013. La propia ley foral data de 1991 y necesitaría actualizarse y coordinarse con una normativa estatal”, sostienen.
tabaco y cannabis
Peor visto socialmente
Desciende el consumo de tabaco y hachís, pero se da un peligroso relevo
Como adelantan desde el Instituto de Salud Pública, el hábito de fumar ha ido descendiendo en los últimos años (partía de un 36,7% de fumadores diarios hace una década) hasta estabilizarse a la baja en torno al 30% fruto, en parte, de las leyes de 2005 y 2012, más restrictivas y la sensibilización sobre sus efectos en la salud. También se aprecia una tendencia “levemente descendente” el caso del consumo del cannabis que cae del 7% al 6,6%, aunque uno de cada tres lo ha probado y un 9,2% ha fumado en el último año. Los expertos, no obstante, se muestran preocupados por tres datos. El primero es que el mayor número de consumidores se encuentran en la franja de 15 a 34 años (adelantándose la edad de inicio). El segundo, que quienes lo utilizan, lo hacen de manera más continuada (el número de consumidores diarios pasa de 1,7% a 1,9%) y con pautas problemáticas (el cannabis está presente en el 90% de los policonsumos). Y el tercero -quizá el más novedoso- que el cannabis supera ya como puerta de entrada a las sustancias ilegales al tabaco. “Históricamente era el tabaco y el alcohol las sustancias iniciáticas, pero ahora ya el número de persona que empiezan a consumir cannabis (5,4%) es más alto que los que debutan en el tabaco (4,2%).
COCAÍNA Y OTRAS SUSTANCIAS
Los efectos de la crisis
Bajan las drogas clásicas y no triunfan las nuevas sustancias de diseño
La cocaína mantiene su tendencia descendente, quizá influida por la crisis y por un desplazamiento hacia otras sustancias legales y más baratas como el alcohol, a juicio de los expertos. Tras tocar techo en 2005 con un 1,6% de consumidores habituales (y el doble de esporádicos), el dato clave del “consumo en el último mes” se ha reducido al 1%. La edad de inicio es de 21,3 años y ellos la consumen 3,5 veces más que ellas. Aún es más pronunciada la caída del uso de otras sustancias como el éxtasis, las anfetaminas y los alucinógenos, que tocan suelo con un 0,7%, un 0,6% y un 0,3%, respectivamente. La heroína es residual.
En cuanto a la nuevas sustancias, pese al boom mediático veraniego de la “droga caníbal” y sustancias similares, lo cierto es que es un fenómeno muy minoritario. A nivel estatal ha habido dos alertas de nuevas sustancias fabricadas en laboratorio localizadas en Catalunya. Éstas se dividen en dos categorías: las research chemicals (sustancias que provienen de la investigación científica que pasa a uso recreativo) y las legal highs (sustancias legales pensadas para otros usos que se compran por internet). Los jóvenes de entre 25 y 34 años son quienes más experimentan aunque hay un 74,1% de personas que ni siquiera han oído hablar de ellas. La más conocida (y probada) son las setas alucinógenas (los conocidos monguis, etc) con un 1,9% de personas que las han probado alguna vez, seguida de la ketamina (0,8%). Una serie de sustancias como el GBHB, spice, salvia, metanfetamina, nexus... completan una serie muy por debajo del 0,5%. Normalmente estas sustancias se asocian a conductas de policonsumo (un 78%) y en su gran mayoría (un 69,2%) están acostumbrados al mercado ilegal.