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Donostia aumenta la seguridad en torno al Peine del Viento

El Ayuntamiento quiere minimizar los daños si se producen nuevos desprendimientos

Donostia aumenta la seguridad en torno al Peine del VientoGorka Estrada

donostia - El Ayuntamiento de Donostia ha reforzado la seguridad en el Peine del Viento a fin de evitar accidentes con posibles desprendimientos de tierra como el que se produjo a mediodía del sábado y que provocó diversas heridas a dos mujeres.

La zona, acordonada por una cinta de seguridad de la Guardia Municipal desde el mediodía del sábado, amaneció ayer vallada a fin de que los visitantes y curiosos no se acercaran a la ladera, cuya estabilidad está siendo analizada por los servicios técnicos del Ayuntamiento tras este último corrimiento de tierras. De hecho, decenas de turistas aprovecharon ayer el buen tiempo para acercarse al lugar, donde todavía se encuentra la importante roca que el sábado provocó un enorme susto entre las personas que en el momento del desprendimiento se encontraban allí.

El Gobierno municipal ha decidido vallar la mayor parte de la explanada final del Paseo, dejando únicamente un pequeño hueco de acceso junto al pretil para los visitantes. De esta forma se quiere evitar que se produzcan daños personales en el caso de que se produzcan nuevos movimientos de tierra. El Ayuntamiento mantendrá las medidas de precaución al menos hasta que reciba un informe técnico que revele el estado en el que se encuentra la ladera, que en los últimos meses ha dejado rastros de su inestabilidad.

Tal y como informó ayer este periódico, una roca de tamaño considerable se desprendió a mediodía del sábado de la ladera del monte Igeldo y fue a parar en la explanada del Peine del Viento, junto al poste turístico informativo. Se da la casualidad de que en ese momento dos mujeres, de nacionalidad alemana, se encontraban disfrutando del paisaje que ofrece esta zona cuando fueron sorprendidas por la roca. Si bien pudieron esquivarla, las mujeres sufrieron heridas, una de ellas en la rodilla y una mano, por lo que tuvieron que ser atendidas por los servicios sanitarios que se desplazaron al lugar. “Ha sido un susto tremendo. Dos chicas se han salvado de milagro de ser golpeadas. La roca les ha pasado rozando”, comentaba una testigo del suceso, momentos después de que la roca se hubiese desprendido del monte.

No es la primera vez que la ladera de Igeldo provoca un susto en la capital guipuzcoana. A comienzos de marzo, un muro de sujeción próximo al restaurante Rekondo, en el Paseo de Igeldo, se agrietó, dejando a la vista un orificio de unos 30 centímetros, que obligó al Consistorio a cerrar el paseo y actuar en la zona, rellenando la fisura con hormigón.

Pero si alguna ladera está generando quebraderos de cabeza al Ayuntamiento donostiarra ha sido la del monte Urgull, donde en los últimos años se han producido un buen número de desprendimientos. El último, en marzo, obligó a cerrar el paseo dos meses para acometer una obras de reforzamiento de la malla de sujeción, cuyo coste ha sido de 95.000 euros. Se da la casualidad de que hace apenas 16 días que se ha reabierto al público este paseo.

Si bien el desprendimiento más grave se produjo en agosto de 2013, cuando la caída de una roca de enormes dimensiones en esta misma zona costó la vida al joven donostiarra Mikel Arzak, cuando paseaba a la altura de la sociedad fotográfica.

Desde entonces, el Ayuntamiento ha invertido más de 1,7 millones de euros en trabajos de asentamiento de esta ladera, que han obligado a tener cerrado por seguridad del Paseo Nuevo durante largos meses.

Además, hay que recordar que tras el dramático desprendimiento que costó la vida a Arzak, la Audiencia de Gipuzkoa imputó a dos técnicos municipales al entender que el Consistorio “era perfecto conocedor de la situación en la que se encontraba la ladera, la inestabilidad que presentaba, el estado en el que se encontraban los elementos que configuraban la seguridad de la misma y el agravamiento de dicha situación por efecto de las lluvias”.