pamplona - Cuando se estrenó la primera de la serie El señor de los anillos en 2001, Juan Carlos Elizalde quedó tan prendado que al llegar la misa del domingo para jóvenes empezó a hablar de Frodo y Sam, de su canto a la amistad para estar en el mundo con más plenitud y enfrentarse a los miedos. Entonces formaba parte de la parroquia de Santa Vicenta María, del barrio pamplonés de Iturrama. También había empezado a estar al frente de la capellanía de la Universidad Pública de Navarra. Allí ha impartido clases de Religión, organizado retiros espirituales, seminarios y coloquios para alumnado y docentes en su afán de crear puentes entre fe y cultura.
Su facilidad para acercar la palabra de Jesús a los jóvenes para orientarlos a la vida sacerdotal, misionera o matrimonial, sin obviar la realidad social con un discurso cercano, hizo que el arzobispo de Pamplona le nombrara del equipo de la Pastoral Vocacional. Pero para entonces su currículo lucía muchos cargos, reflejo del espíritu inquieto de este cura que nunca ha llegado a mojarse políticamente.
Ha sido vicario de la zona Pamplona-Cuenca-Roncesvalles, prior del Cabildo de Canónigos de la Real Colegiata de Roncesvalles, gran abad de Colonia, director del Secretariado Diocesano de Pastoral Universitaria, responsable del servicio religioso de la UPNA, profesor del Centro de Estudios Teológicos San Miguel de Pamplona, capellán de la Hermandad de la Paz y Caridad y sacerdote de la parroquia de Mendebaldea. Las comunidades en las que ha trabajado hablan maravillas de él, pero el desafío al que se enfrenta es más difícil que aquellos fructíferos intentos de organizar salidas al monte o cine fórum para atraer a gente que de otra forma se habría mantenido alejada, por pura desmotivación, de la Iglesia. Ahora, tendrá que poner sus habilidades para tratar de responder a tremendas expectativas. Son muchos los fieles que esperan un Bergoglio dos, un cura humilde, empático, capaz, por qué no, de replantearse eso de poner la otra mejilla si alguien ofende a mamá, oveja como todas las demás del rebaño de Cristo. Color ahora que empezó el fin de la era de los grises. - J.S.