pamplona - Los hechos ocurrieron por la tarde, hará poco más de un mes, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales y de Telecomunicación. Desconocidos, quizá ataviados con un buzo de mantenimiento y portando una escalera para no levantar sospechas, accedieron al edificio de Los Tejos y destriparon dos antiguas centrales telefónicas, que forman parte del Museo de Ciencia de la Universidad Pública de Navarra. Los ladrones se llevaron la fuente de alimentación de la Central Telefónica Rotary 7A-2 , dos motores, componentes de repuesto y cable de la Ericsson ARD - 561. “No tiene valor económico, es más el valor sentimental que tiene y el tiempo que habrá que invertir para ponerlas de nuevo en funcionamiento”, afirmó ayer el gerente de la UPNA, Joaquín Romero, quien recordó que, en concreto, la central Rotary, cedida por Telefónica, “es la única que funciona junto con otra que tiene esa empresa en su sede de la calle Gran Vía, en Madrid”.

El robo tuvo lugar hace algo más de un mes en el campus de Arrosadia, de la capital navarra. “Sabemos que ocurrió por la tarde porque la persona que se encarga de organizar las visitas al Museo había tenido una ese día, por la mañana, y al día siguiente se dio cuenta de que se habían llevado varias piezas”, explicó Romero. Los hechos fueron denunciados ante Policía Foral y la investigación sigue su curso. “Tendrán que ver las grabaciones de las cámaras de seguridad que hay para ver si observan algo extraño”, apuntó el gerente, quien recordó que por filosofía, “es una entidad abierta y puede entrar cualquiera. Pudieron entrar haciéndose pasar por estudiantes o quizá se pusieron un buzo y entraron con una escalera... Y nadie sospechó. En general, en la Universidad no hay cosas de valor. Sólo hay algunos incunables en la Biblioteca, que están bien custodiados”.

ponerlas en marcha En cuanto al impacto del acto vandálico, el gerente aseguró que “no tiene valor económico” sino que es más una cuestión “sentimental” y la molestia de tener que ponerlos de nuevo en marcha. La Rotary, que data de 1941, fue cedida por la Fundación Arte y Tecnológica de Telefónica y prestaba servicio en Valencia hasta su sustitución por las tecnologías digitales. “Esta instalación estará pronto en funcionamiento ya que tenemos otra fuente de alimentación así que tendremos que colocarla y ya está, en breve estará en marcha”, explicó Romero. En el caso de la central Ericsson, que prestó servicio en el edificio el Sario desde 1967 al 1987 (posteriormente el servicio telefónico fue absorbido por la UPNA), “los técnicos estiman que se tardará más porque tiene más trabajo ya que se han llevado algo de cobre”.

En apariencia, ambas instalaciones no han sufrido daños ya que los ladrones se centraron más en el interior de los equipos. “Sólo hay dos personas, un profesor y la persona que organiza las visitas y se encargó del montaje de la Rotary, las que saben cómo funcionan estas centrales. Y precisamente esta persona es la que se dio cuenta de que había habido un robo”, afirmó Romero y añadió que “creo que entraron cogieron algo de cobre y esas otras cosas, vieron que no había mucho más que rascar para sus intereses, y se fueron”.