PAMPLONA - La primera mitad de la campaña estival de incendios forestales se ha saldado en Navarra con un balance más favorable que el año pasado. Hasta el 31 de julio, según la información que maneja el Servicio de Bomberos del Gobierno de Navarra, el fuego ha quemado un total de 321 hectáreas: 212 hectáreas de suelo agrícola y 118 hectáreas propiamente forestales. Esta última cifra supone un tercio de las hectáreas forestales que ardieron en los meses de junio y julio del año pasado, cuando resultaron calcinadas 352 hectáreas, mientras que la superficie de rastrojo es muy similar a la del ejercicio anterior, cuando ardieron 204 hectáreas.

Los informes del Área Forestal del Servicio de Bomberos, que se encarga de analizar la información que van generando las intervenciones que lleva a cabo el propio servicio, recoge que entre el mes de junio y de julio se realizaron 218 intervenciones para apagar incendios que afectaron a más de 2 hectáreas. El número es muy parecido a las 211 intervenciones que se produjeron en 2016.

Las fuentes consultadas diferencian claramente el mes de junio del mes de julio, ya que durante el primero de ellos “las altas temperaturas y la escasez de precipitaciones que se arrastraba desde mayo ocasionaron una mayor superficie quemada”. Estos dos factores se unieron con “la fase final de la campaña agrícola, que motivó que diversos fuegos fueron originados por cosechadoras y empacadoras”, como los tres incendios simultáneos que ocurrieron el día 22 de junio en Esparza de Galar, Arazuri y Añorbe, que calcinaron 175 hectáreas.

El final de la campaña agrícola y las tormentas que se registraron a finales de junio y principios de julio aliviaron la falta de humedad en el monte y permitieron que el balance de hectáreas quemadas fuera más contenido en el último mes. En este sentido, el incendio de Cirauqui, que tuvo lugar el 30 de junio, fue el más destacado, ya que resultaron calcinadas 24 hectáreas.

FASE DELICADA DEL VERANO No obstante, desde el Área Forestal del Servicio de Bomberos alertan de que el verano y la campaña forestal entran en su fase más delicada, dada la subida de las temperaturas y la acumulación de días sin que llueva. En la zona de Tafalla, según estas fuentes, “se suman ya 22 días sin que caiga una sola gota de agua”, mientras que en la Comarca de Pamplona “son 14 días sin llover”. En este sentido, los expertos son cautos y prefieren no anticipar un pronóstico para lo que resta de verano. “El balance de agosto va a depender de que haya o no precipitaciones”, indican.

Junto a las condiciones meteorológicas, el otro factor que resulta decisivo para el desarrollo de un incendio forestal es el material combustible que encuentre a su paso. En ese sentido, desde el Área Forestal del Servicio de Bomberos advierten que “hay mucha vegetación en el monte y ese escenario con viento sur puede provocar un incendio como el de Tafalla el año pasado”, suceso que ocurrió el 25 de agosto de 2016 y que quemó 3.538 hectáreas. Las previsiones de la Aemet apuntan hacia una bajada de las temperaturas a partir del fin de semana, con posibilidad de precipitaciones.