donostia - Los municipios costeros del territorio amanecieron ayer con ligeros destrozos en el mobiliario urbano y algunos locales con agua en su interior. La alerta naranja de la madrugada activada por olas que alcanzaron los 7,8 metros de altura y el fuerte mar del día anterior que elevó olas de hasta 9,8 metros no causó daños considerables, siendo Donostia y Zarautz quienes se llevaron la peor parte.

En la capital guipuzcoana, el Paseo Nuevo presentó los principales desperfectos. Aprovechando el descenso de la alerta a aviso amarillo, Protección Civil accedió por la mañana al lugar para valorar la situación. Tapas de alcantarillas expulsadas por la fuerza del mar, varios bancos, una máquina de la OTA desplazados varios metros de su posición original y un trozo de barandilla arrancada fueron algunos de los efectos del temporal.

La suciedad y las piedras que trajeron consigo las olas también se amontonaron en diferentes puntos del paseo, y junto a la escultura de Oteiza aún se hallaba una balsa de agua que las alcantarillas no pudieron expulsar.

Al igual que durante la jornada de ayer, el Paseo Nuevo continuará cerrado hoy al público. Puesto que la previsión meteorológica para los próximos días es desfavorable, los operarios de limpieza todavía no han recogido y repuesto la zona. Una vez que lo hagan, el paseo volverá a abrirse.

La fuerza de las olas también se notó en la bahía de La Concha. Acostumbrados a esta situación, los locales como el centro de talasoterapia de La Perla reforzaron las puertas y ventanas del local con voladizas, impidiendo que el agua entrara. No obstante, la mañana de ayer sirvió, en parte, para recoger los restos de arena y ramas arrastrados por el agua.

“No nos hemos encontrado sillas flotando como otras veces, pero el agua ha entrado y nos ha manchado todo”, aseguró Héctor, encargado en el Bar Marmol de Zarautz. Las olas se introdujeron en varios establecimientos del malecón, aunque tal y como confirmó el Ayuntamiento de la localidad, “los destrozos fueron de poca importancia”.

El acceso al malecón estuvo cerrados hasta primera hora de ayer, y muchos propietarios no pudieron comprobar los daños hasta entonces. “No se ha roto nada. Las tablas han aguantado lo que han podido, pero no han evitado que esté todo de arena”, apuntó Héctor, mientras que desde el restaurante Kulixka, que se libró de los destrozos, señalaron que el temporal ha sido menos problemáticos que otros, ya que “ha entrado en un comercio sí, y en el siguiente no”.

Al Spa sí que accedió el agua, “aunque menos que otras veces”, y la de ayer fue una jornada de vuelta a la normalidad recogiendo y limpiando el interior.

Los daños en el resto del territorio fueron todavía más pequeños, aunque en todos ellos se tomaron medidas de seguridad durante la noche. En el puerto de Pasaia se registró la ola significante con 5,3 metros, y en Hondarribia se cerró el paso al espigón y a Puerto Refugio, y se realizó una fuerte señalización de advertencia en el parking de La Benta.

El Ayuntamiento de Zumaia confirmó, por su parte, que no se tuvieron que tomar medidas especiales, puesto que la conocida como La Barra, el acantilado que separa la playa de Itzurun con la de Algorri, ya se encuentra cerrado a causa de las obras. En Orio, por último, los daños fueron mínimos. “No ha sido un temporal tan exagerado, y aunque se está alerta, no hemos tenido que tomar medidas”, indicaron desde el hotel Villa Antilla, a pocos pasos de la playa.

dos multas más A pesar de las advertencias de los servicios de emergencia, la Policía Municipal de Donostia volvió a multar a primera hora de ayer a dos personas por cruzar el precinto de seguridad del Paseo Nuevo. El miércoles, los agentes sancionaron a diez.

En el resto de localidades costeras no se han producido por el momento multas por cruzar el paso. “La gente suele respetar el control, por lo que no suele hacer falta mantener una vigilancia”, aseguraron desde el Ayuntamiento zarauztarra.

Desde los consistorios de Hondarribia y Zumaia tampoco se tiene constancia de multas al respecto, aunque advierten que, de ser necesarias, se darían.