El reloj se acercaba a las 16.00 horas y el edificio de Ciencias de la Universidad de Navarra era un hervidero de nervios. Álvaro subía a toda prisa las escaleras hacia el tercer piso, donde tenía su examen. Era el tercer año que se presentaba al MIR y esta vez veía más posibilidades que nunca: “Quiero especializarme en Cardiología y creo que esta vez es la definitiva aunque soy consciente de que es complicado. Llevo un año entero preparándome en una academia y vengo confiado”, comentó este joven, que acudió acompañado por dos colegas: “Nosotros no nos examinamos de nada pero sabemos que en días como hoy, con la tensión que se genera y los nervios, es importante acompañarle”, apuntaron sus amigos mientras le deseaban suerte por última vez. “Gracias y que pase cuanto antes”, respondió el estudiante.

Los más puntuales llevaban esperando a las puertas de la facultad desde las 15.00 horas. Cuando apenas quedaban unos minutos para el inicio de las pruebas de selección de formación sanitaria especializada, los pasillos del Hexágono fueron vaciándose. Ya no había apuntes de última hora ni dudas agobiantes, todo estaba listo para comenzar y los aspirantes compartían los momentos previos a las cinco horas de examen que tenían por delante.

Ana Martín, Cristina Ibiricu, María Ferreras, Amaia Sandúa e Isabel Ortega se presentaban por primera vez a la prueba de Farmacia. Este grupo de pamplonesas consideró que el hecho de que el examen sea de tipo test, a veces sí que puede jugar una mala pasada, pero es que “no hay otra opción, de desarrollar sería imposible”, detallaron. En relación, precisamente, al modelo de examen, estas chicas tenían algo claro antes de empezar: “El factor suerte juega un papel importantísimo”.

Las jóvenes quisieron hacer un llamamiento a las instituciones para reivindicar un temario cerrado: “Somos la única oposición, junto al MIR, PIR y EIR, que tiene el temario del examen abierto y de esta manera, las posibilidades de preguntas aumentan considerablemente”, lamentaron.

Junto a ellas, Daniel Fresán, pamplonés de 23 años, se mostraba aparentemente tranquilo y a la espera de ver la prueba de Farmacia: “Llevo desde finales de agosto preparando este examen y no tengo ni idea de cuál va a ser el resultado”, afirmó.

enfermería, ope en marzo En la segunda planta, un grupo de graduadas en Enfermería aguardaba a las puertas de una de las aulas. Todas ellas, de Pamplona, optaban a una plaza por primera vez y no tenían las espectativas especialmente altas. “La verdad es que sabiendo que tenemos la OPE en marzo, no hemos destinado todo el tiempo necesario a preparar esta convocatoria”, coincidieron las jóvenes Paula Flamarique, Carmen de Vitoria y Loinaz Elizegi. Así mismo, las jóvenes añadieron la complicación que supone para las generaciones actuales compaginar vida estudiantil con laboral: “Todas nosotras preparamos los exámenes y al mismo tiempo trabajamos y no es fácil sacar tiempo para todo”, añadieron.

En relación al planteamiento de las pruebas, las chicas coincidieron en la necesidad de modificar el peso de la especialidad en el gremio enfermero. “Lo que se debería hacer es darle la importancia que le pertenece. A mayor especialización, mayor calidad en la atención sanitaria”, concretaron. Junto a ellas, la donostiarra Sara Fulgencio, se presentaba a la prueba del EIR por segunda vez y coincidía con sus compañeras en la necesidad de “tener en cuenta” la especialidad en Enfermería: “Muchas veces nos sentimos infravaloradas”, señaló.