Una docena de institutos sustituyen expulsiones por trabajos para la comunidad
Esta alternativa arrancó sobre todo en centros públicos de la Ribera, pero ya ha llegado a Pamplona y ComarcaTres recintos más quieren sumarse este curso
pamplona - Barrer el patio, acompañar a personas mayores mientras juegan al bingo, echar una mano en una escuela infantil... Estas son algunas de las tareas que el alumnado puede realizar para diversos colectivos sociales dentro de los convenios Tiempo fuera (con el departamento foral de Educación, ayuntamientos y asociaciones), mediante el que los institutos envían a alumnado que, por ejemplo, ha tenido una mala conducta a hacer estas tareas en horario escolar, en lugar de expulsarlo de forma temporal. Se trata de una herramienta más, que, según explican desde centros implicados, se adopta según las características del estudiante. También se mantienen, por tanto, las expulsiones.
¿Estas jornadas del alumnado en casa (puede ser entre uno y 15 días) cumplen su función? El debate no es nuevo, y la forma de afrontarlo tampoco. Porque buscar una alternativa a las expulsiones temporales es algo que ya se hace en centros de todo tipo, por ejemplo limpiando el patio o los pasillos. Así, la novedad está en que puede haber una salida del centro, y por lo tanto eso se sella con un convenio con esas entidades sociales. En total, entre la pasada legislatura y esta, Tiempo fuera se ha activado en 12 centros públicos (11 institutos y un colegio, el Príncipe de Viana de Olite, que también acoge 1º y 2º de la ESO).
La medida arrancó al inicio del curso 2011-12 en el IES Pablo Sarasate de Lodosa, con Mª Rosario Sucunza Azcona, orientadora y directora (que falleció en un accidente de tráfico en 2013) como una de las impulsoras. El proyecto se bautizó como Expulsiones alternativas, expulsiones pedagógicas. “Cuando acumulaban partes de expulsión, tenía que haber una sanción, pero veíamos que no servía para nada”, declara la ahora directora, Mª José Torres Antón.
En 2014, el IES Tierra Estella fue el primero en efectuar esta medida con unos convenios, repasa la exdirectora Cristina Pinillos Echeverría, para dar forma a esas salidas, y que los menores (la mayoría están en la ESO) estuvieran cubiertos por un seguro. Se trata de una medida “más flexible” para tratar de resolver problemas de convivencia, detalla el jefe de estudios, Jorge Ruiz Preciado. Este tipo de convenio también llegó a La Paz, en Cintruénigo. Rafa Rodríguez Natera, en ese momento en la dirección, explica que, de media, en torno a una docena de estudiantes del centro son enviados a estas tareas.
Según los registros del departamento, en 2016 se incorporó a Tiempo fuera el IESO Reyno de Navarra de Azagra y, ya en 2017, el IESO Joaquín Romera de Mendavia, el IES Alhama de Corella y el IES Valle del Ebro de Tudela. En el caso de este centro, el curso pasado utilizaron el convenio con 25 estudiantes, concreta su directora, Izaskun Ciriza Aramburu. Y, entre esas labores, incluyen la colaboración con la empresa de limpieza del propio centro.
Este 2018, por último, se han firmado convenios en el colegio Príncipe de Viana de Olite, el IESO Iñaki Ochoa de Olza de Pamplona, el Elortzibar de Noáin y los institutos de Barañáin IES Barañáin e IES Alaitz BHI. El director de este centro, y presidente de la asociación de directores y directoras de instituto de Navarra, Iosu Mena, cree que se trata de “otro recurso” para mejorar la educación del alumnado. La clave, según coinciden directivos, es que se evite que los castigos se conviertan en una expulsión más. Y, eso sí, varios de ellos piden que haya medidas diversas para un alumnado que también es diverso.
avance en los últimos años La previsión es que, este curso, puedan sumarse el IES Mendillorri y el Julio Caro Baroja, ambos en Pamplona, y la Escuela Profesional de Elizondo del IES Lekaroz-Elizondo. La evolución, por lo tanto, muestra una tendencia al alza, primero más extendida en centros de la Ribera, pero que en los últimos años ha llegado a Pamplona y Comarca. “Es un proyecto que, quizá, resulta más fácil de implantar en poblaciones de tamaño medio, de cercanía entre sus diferentes servicios, pero tendría encaje en cualquier centro”, expresa el director general de Educación, Roberto Pérez Elorza.
Desde el IES Mendillorri, uno de los centros que prevé sumarse este curso, 2018-19, su director, Asier Urío Larrea, apunta que el centro barajaba desde hace unos cursos esta posibilidad. “Es una medida educativa, que permite al alumnado ser consciente de otra realidad, que siempre es mejor que estar en casa, aunque se les ponga tarea”, declara.
El Post-it
Un paso clave: los consistorios. Una de las claves en las que coinciden los institutos es que, para impulsar estos convenios, resulta vital implicar a los ayuntamientos, con los que se abre la puerta a los servicios municipales. El colegio Príncipe de Viana de Olite, por ejemplo, tiene desde mayo este convenio con Educación y el Consistorio. El alcalde del municipio, Andoni Lacarra, opina que para el alumnado se trata de “una oportunidad” de trabajar y sentirse valorado, en un entorno que no es el habitual de aprendizaje.
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