PAMPLONA. El exconsejero y exparlamentario del PSN Aladino Colín, uno de los redactores de la ley del euskera aprobada en 1986, ha afirmado que el euskera "tiene en la actual ley, con todos los desarrollos reglamentarios que falten, un instrumento de desarrollo perfecto" y ha considerado que "va a ser muy difícil elaborar una ley que coseche tanto consenso" como la norma vigente.
Aladino Colín, que ha comparecido en el Parlamento en la comisión especial que trabaja en la elaboración de una nueva ley del euskera, ha afirmado que, "si se quiere alterar de raíz la norma", suprimiendo la zonificación, "se estará aprobando creo que algo inconstitucional y por tanto ineficaz, creo que se estaría aprobando una ley desde premisas que no se ajustarían a la realidad sociolingüística de la comunidad, creo que se activaría un problema que no existe y creo que no se logrará imponer una lengua frente a la realidad".
El exconsejero ha relatado durante su comparecencia que en 1984 llegó al Gobierno socialista de Navarra como jefe de gabinete del consejero de Presidencia, con el encargo de elaborar, entre otras normas, la del euskera, tarea a la que se puso junto con el entonces jefe de gabinete de Educación, José Mari Romera.
Según ha explicado, una de las primeras bases con las que trabajó fue el respeto al artículo 9 del Amejoramiento del Fuero, que "consagra, en relación con el euskera, el principio de territorialidad, no el de personalidad". Así, ha explicado que se debía cumplir con este precepto, "en orden a garantizar la constitucionalidad de la ley, evitando la impugnación ante el Tribunal Constitucional".
Junto a este principio, se tuvieron en cuenta otras dos bases. La primera, que "las lenguas se hablan, no se imponen". "El estado de uso de una lengua es el resultado de un proceso de sedimentación histórica en el que influyen gran cantidad de causas. Pensábamos que el euskera, como lengua propia de Navarra, que se reconoció por vez primera vez así en esta ley, había sedimentando en 1985 en un determinado estado al que queríamos que sirviera la ley foral", ha señalado.
En segundo lugar, ha señalado que la ley foral debía ser "la fiel plamasación de la foto fija de la situación del euskera en Navarra y dejar la puerta abierta a que esa foto fija pudiera moverse en función de la evolución del uso".
Aladino Colín ha considerado que "sobre estas bases, podría ser elaborada una ley foral que reconociera y garantizara los derechos lingüísticos de una de las dos lenguas propias de Navarra, tanto en su uso oficial como en la enseñanza principalmente, y a partir de ahí que fuera desarrollada a través de disposiciones reglamentarias, que comenzamos a impulsar entonces desde el Gobierno".
Según ha explicado, "optamos por definir una ley marco, esto es, que recogiera títulos generales básicos y preceptos abiertos que dejaran margen a los Gobiernos para dictar normas reglamentarias sobre el uso del euskera que pudieran ser acordes con la evolución sociolingüística".
"SE TRABAJÓ MUCHO SOBRE EL TEXTO" Además, Aladino Colín ha afirmado que antes de remitir la ley al Parlamento, hubo "un periodo de muy largo de contactos con los grupos parlamentarios y personas representativas del mundo del euskera". "Se habló mucho con gente muy calificada del ámbito de la enseñanza, de Euskaltzandia, intercambiamos documentos, borradores, se discutió línea a línea y el título tuvo muy distintas denominaciones", ha explicado.
Así, ha explicado que "se trabajó mucho sobre el conjunto del texto y en lo que recuerdo se llegó a una amplísima convergencia de que era un buen texto legal". "Era el traje perfectamente adecuado a la realidad del uso del euskera en aquel momento, garantizaba el reconocimiento como lengua propia, garantizaba su protección y quedaba una ley abierta para atender por via reglamentaria a la evolución sociolingüística", ha indicado.
Así, ha afirmado que en el debate parlamentario hubo tres enmiendas a la totalidad que no prosperaron y en la votación final hubo 29 votos a favor, 11 abstenciones y ningún voto en contra. "Es verdad que en aquel momento no estaba en el Parlamento no estaba Herri Batasuna", ha precisado.
"ES UNA MUY BUENA LEY" Aladino Colín ha considerado que "fue una buena ley, es una buena ley e incluso me atrevería a decir que es una muy buena ley foral, que sirvió de partida para dar solución a la realidad de una situación que ponía en riesgo la pervivencia de una lengua propia de Navarra y que estaba provocando un problema de convivencia al no tener un reconocimiento institucional".
El exconsejero ha señalado que "con todos los desarrollos reglamentarios que falten", la norma "sirve bien a los objetivos de amparar el derecho de los ciudadanos a conocer y usar el euskera, a proteger su recuperación y desarrollo, y garantizar el uso y la enseñanza con respeto a los principios de voluntariedad, gradualidad y respeto". "En estos 32 años no tenemos un problema lingüístico, entendiendo por tal un problema agudo, politizado, en la calle. En aquellos momentos este problema sí estaba en la calle", ha asegurado.
Aladino Colín ha considerado que "el euskera no está en peligro, creo que va a seguir como quieren los navarros que sea, y lo que más pena me daría es que algo que desapareció como un problema emergiera como un problema al cabo de 32 años".