“Ser madre me ha aportado un factor de superación y de sacrificio”
Maitane Melero / atleta La navarra cierra un año de éxitos después de su maternidad y se cuestiona “por qué una mujer deportista debe justificar su situación si todos somos iguales”
Natalia Biurrun
La atleta navarra Maitane Melero ha vivido 2018 como uno de sus mejores años. Con un oro en los 5.000 metros en los Campeonatos de España al aire libre, el triunfo en los 3.000 en pista cubierta o el meritorio noveno puesto en la prueba de los 10.000 metros en los Europeos, entre otros, compagina su trabajo en una empresa eólica y su actividad deportiva con “el reto más bonito y difícil” al que se ha enfrentado: ser madre.
¿En algún momento se planteó que la maternidad podría suponer un handicap en su actividad deportiva?
Cuando decidí ser madre nunca me planté dejar de entrenar o hacer una pausa en el atletismo porque siempre el deporte ha sido un complemento importante en mi vida desde muy pequeña. Así que busque la mejor manera de compatibilizar las dos cosas. Como llevo años trabajando en el Centro de Estudios, Investigación y Medicina del Deporte (CEIMD), le consulté al doctor Esteban Gorostiaga, quien me estableció unas pautas.
¿Y qué consejos le dio?
Muchas de ellos son de sentido común. Por ejemplo, si nunca se ha practicado deporte lo lógico es no empezar o hacer más actividad de lo habitual durante el embarazo. En mi caso, me centré más en realizar ejercicios en el gimnasio, a pasear diariamente o a hacer pilates, dejando a un lado el atletismo. Una actividad muy controlada, nada que ver a lo que yo estaba acostumbrada.
A través del Centro también conté con la ayuda de Lidón Soriano, quien me realizó un seguimiento de recuperación postparto con hipopresivos. En poco tiempo pude volver a correr, antes de lo que yo pensaba.
Me gustaría recalcar que el ejercicio físico practicado de forma regular, incluso en el periodo de gestación, aporta múltiples beneficios, ya que mantiene el buen tono muscular, controla la ganancia de peso, produce bienestar emocional y mejora el descanso nocturno. Asimismo, acorta el tiempo de la recuperación postparto y fortalece el suelo pélvico.
Una vez recuperada tras el embarazo quedaba el reto de dar pecho al bebé, acostumbrarse a nuevos horarios, la falta de sueño... ¿Cómo ha vivido esta experiencia?
Ha sido una locura, la verdad. Me sorprendo a mí misma de la capacidad de superación que he tenido. Durante dos años mi hijo Ilai ha dormido muy mal. Han sido noches muy duras. Yo quería dar el pecho el máximo tiempo posible, pero cuando cumplió dos años decidí dejarlo porque durante ese tiempo estaba trabajando y entrenando y me estaba desgastando mucho.
A los siete meses me incorporé al trabajo y me sentía incapaz de conciliar todo, pero mi entrenador me dio muchas facilidades. Me permitió adaptarme a otros horarios, ya que el atletismo es un deporte flexible que no dependes de equipos u otras personas. Por otro lado, con Alberto, mi pareja, tengo una relación muy buena en el que los dos entendemos que necesitamos nuestro espacio individualmente. Ese respeto nos permite conciliar nuestras vidas y sacar un huequillo para entrenar. La ventaja ha sido que me he olvidado del atletismo, en el sentido de quitarme presión y de disfrutar ese momento sin tener que demostrar nada a nadie. Yo valoro mucho correr y sacar una hora para mí es algo especial e indescriptible que me carga de energía.
Algunas deportistas han vuelto tras la maternidad mejorando sus marcas. La atleta Paula Radcliffe, por ejemplo, ganó la maratón de Nueva York después de ser madre. Parece que volver a la competición después de ser madre motiva a muchas deportistas.
Los resultados han venido acompañados de esa liberación que comentaba antes, al tener un rato para mí y para disfrutar al máximo de lo que hago. No sé si son las hormonas o qué, pero te sientes con más fuerzas y más enérgica. Ser madre te aporta un factor de superación, de sacrificio y te hace más fuerte en todos los niveles. La maternidad te da ese puntito de madurez y de responsabilidad. A nivel mental sientes un cambio importante. A veces piensas que no puedes más, pero poco a poco ves que al final tiene su recompensa, que puedes vivir una experiencia única con tu hijo. También tengo la suerte de contar con mi entrenador que me ha facilitado mucho las cosas y que me ha dado el aliento que necesitaba para disfrutar. A veces, sí es cierto que he llegado a un punto de exigirme y de someterme a cierta presión, pero ese comportamiento es tóxico y no te deja aprovechar todo el potencial.
¿Echa en falta apoyo por parte de las instituciones o de las entidades deportivas a las atletas que quieren conciliar su vida familiar con la competición?
Sí, pero creo que también nosotras tenemos algo de culpa en ello. En mi caso, por ejemplo, he sido yo la que he tenido que reducir la jornada laboral para poder compaginar mi trabajo con la familia y el deporte. Yo exigiría mayor flexibilidad de horarios en las empresas, mas que la posibilidad de reducir la jornada, por ejemplo, a través de un teletrabajo. Tenemos que luchar para que no seamos siempre nosotras las que sacrifiquemos nuestros empleos y que los hombres se comprometan más con la maternidad, ya que es cosa de dos. Leí hace poco que tan solo el 7% de los hombres comparte el permiso maternal. Además, según el INE, solo el 2% de ellos reduce la jornada.
¿Qué consejos da a todas esas mujeres que quieren ser madres y no quieren renunciar a sus aficiones?
La maternidad nunca se tiene que ver como una penalización sino como una oportunidad en todos los ámbitos. En el sentido de que se puede mejorar en la capacidad de superación. Hay momentos muy duros, muy difíciles, pero al final todo tiene su recompensa. Es gratificante llegar a casa después de un día complicado en el trabajo o en el entrenamiento y recibir una sonrisa de tu hijo. Es algo único y te ayuda a desconectar.
Mi situación es muy similar a la de otras mujeres que hacen malabares para conciliar el trabajo, la familia y las aficiones. Sin embargo, hablamos mucho de igualdad de las mujeres y somos nosotras las que nos ponemos trabas. Tenemos que hacer partícipes de esa igualdad a los hombres y repartir tareas e intentar no asumir ciertos roles que siempre han estado vinculados a la mujeres como el cuidado, el hogar, etc. Ellos también deben hacer un esfuerzo. En los mismos medios de comunicación nunca se pregunta a un futbolista como concilia la competición con el cuidado de sus hijos, sin embargo a nosotras siempre se nos cuestiona. Estando en los Europeos llegué a leer en un periódico: Maitane Melero no se lleva a su hijo porque le descentra. ¿Cómo? Me sentó fatal porque esa afirmación nunca se asume a un hombre y nunca se le pregunta dónde tiene a sus hijos y cómo lo hace para organizarse. Tenemos mucho que luchar por la igualdad partiendo desde nosotras mismas.