El día 3 de enero de 1944, el tren correo expreso nº 421 cruzaa toda velocidad y sin frenos la estación leonesa de Torres delBierzo, apenas 50 metros después entra en el túnel nº 20 y allícolisiona brutalmente con un convoy en maniobras, provocandouna cifra de muertos y heridos que hoy sigue siendo una incógnita.La dictadura de Franco impuso a prensa y radio una censura totalsobre la que se considera la mayor catástrofe de la historiaferroviaria estatal, aunque en un primer momento no pudo impedirque precisamente el adicto ABC y algún periódico local informarande la tragedia que, por otra parte, corrió de boca en boca durantemeses.

La tragedia se vería agravada enseguida, pues otro tren cargadode carbón que no pudo ser advertido penetró por el otro ladodel túnel y chocó a su vez con el amasijo de hierro, madera yel fuego infernal que se había desatado en el interior. La imagendebió ser dantesca, con las víctimas y heridos atrapados quedesesperados pedían a gritos una ayuda que era imposible porel intenso fuego y la irrespirable humareda formada en el túnely prácticamente se tuvo que esperar a que las llamas se extinguieran.

Ahora y por fin, un reconocido historiador, Vicente FernándezVázquez (Cacabelos, León, 1951), intentará despejar las incógnitassobre el total de víctimas de la tragedia, incluso con sus nombresy apellidos, en un libro que saldrá a la luz para conmemorarel 75º aniversario del fatal siniestro. "Como consecuencia delchoque se incendiaron dentro del túnel los seis primeros vagones.Hasta el momento han sido extraídos 26 cadáveres de los vagonesque quedaron más cerca de la boca del túnel y se supone fundadamenteque dentro del mismo se encontraban aún más, ya que hasta elmomento y por causa del incendio, que aún sigue, no ha sido posiblepenetrar dentro del túnel", relataba el ABC el 4 de enero de1944, un día después de que se produjera, la inicial informaciónsobre el accidente de Torre del Bierzo. Luego, la publicaciónsería censurada o se perdería en espacios mínimos.

EL VIAJE El correo expreso nº 421 había salido de la Estacióndel Norte de Madrid a las 20.30 horas del 2 de enero de 1944,domingo. "La tarde era fría, un frío de navidad y despedidas,la estación estaba abarrotada de gente, de maletas, de bolsasde ropas, de pobreza, de niños y soldados, de besos y abrazos,de ventanillas de tren llenas de caras, los vagones llevabanmás gente que nunca hacía los pueblos", describe la protagonistadel documental El Túnel nº 20 (disponible en YouTube) de Ramónde la Fontecha, un testimonio fundamental porque es una de lassupervivientes.

El convoy era impulsado por dos locomotoras de vapor, una Americanay una Mastodonte, y sus 12 vagones iban abarrotados con cientosde viajeros de todas las edades y de todos los puntos de España.A las 7.45 horas del 3 de enero entra el tren correo en la estaciónde León, ya con una hora y diez minutos de retraso.

La primera locomotora, la Americana, tiene problemas en los frenos,pero parece que el jefe de la Circunscripción de Tracción deLeón ("no se sabe si por pistola o por cojones", explica de formaexpresiva un informante en el documental) ordena que siga parano añadir más retraso. En Astorga, pasado el mediodía, ya acumulados horas e inicia el descenso hacia el Bierzo por el puertode Manzanal y por la bajada de Brañuelas.

Los problemas mecánicos se agravan y los maquinistas decidendejar una sola locomotora, incapaz de contener la velocidad delconvoy en esa cuesta, y no puede detenerse en Albares. El trendesciende sin control, intentando frenar y con la alarma incesantede su silbido de vapor. Pasan diez minutos de la una de la tarde,entra desbocado en la estación de Torre del Bierzo, que ya habíasido alertada, y se dirige sin remedio hacia el túnel nº 20.

EL DRAMA En el interior del túnel había otro convoy, una máquinacon plataforma y dos vagones de carbón, que realizaban maniobras.Advertido de la llegada del 421, trata de abandonar el túnelen dirección contraria pero sin tiempo y son desplazados variosmetros con el choque. Era el principio de la tragedia, ya quepor el retraso del tren correo, en la estación de Bembibre seautoriza el acceso a un tren de mercancías con 27 vagones cargadoscon 900 toneladas de carbón que remolca una máquina Santa Fe.

El maquinista y el fogonero bajan del convoy que estaba de maniobrasen el túnel y corren al encuentro del mercancías carbonero paraintentar que detuviera la marcha, pero tampoco fue posible yno pueden impedirlo por lo que sigue adelante, entra en el túnely se empotra con el amasijo del primer choque y con las llamasque agravaban la tragedia y convertían a los vagones en una trampaaún mayor, impidiendo el rescate de las víctimas que habían quedadoatrapadas.

EL PEOR Considerado el siniestro ferroviario más grave de España,75 años después y a pesar del tiempo transcurrido, aún persistenmuchas sombras en torno a los hechos que Vicente Fernández Vázquezpromete despejar con la publicación de La verdad sobre el accidenteferroviario de Torre del Bierzo 1944. No ha podido consultarel informe de Renfe sobre el accidente, "desaparecido casualmente"del archivo de Palencia.

El historiador ha recogido más de 300 testimonios de la época,unas pocas entrevistas y ha encontrado varias fotos inéditas,cuando hasta ahora se conocían dos únicamente. Ha logrado elaboraruna lista con todas las víctimas, con sus nombres y apellidos,y podido confirmar que no son los 78 muertos oficiales reconocidospor Renfe, aunque tampoco los entre 500 y 800 que figuran enel Libro Guiness de los Récords y parece se quedarán entre los200 y 250 fallecidos de los estudios más recientes.

En su investigación, el historiador confirma el fallo de losfrenos como la causa principal del accidente, al contrario delas versiones de "sabotaje" que desde el régimen se hicieroncorrer, y sostiene que hubo toda una "cadena de errores" queagravaron sus consecuencias. Para el historiador, lo más trascendentees el lado humano de la tragedia, el reconocimiento a las víctimas"durante décadas castigadas al olvido por parte de la dictadurafranquista, que quiso acallar interesadamente la tragedia".

El ferroviario Andrés Blanco explica en el documental de Ramónde la Fontecha que "no pagaba ni el seguro siquiera, porque ¿enun tren que lleva tres días ardiendo se les va a pedir el billetedel viaje para pagar la indemnización?". Se impuso el silencioy las familias no recibieron ni explicaciones ni ayuda oficial,y sí que estuvieron condenados por el franquismo. El imaginariocolectivo leonés sí conserva memoria, sobrevive una coplillapopular que narra la tragedia y bautizó como Peña Callada ellugar del accidente y de las víctimas que la censura de la dictadurafranquista quiso ocultar.