La vacunación contra la covid-19 continúa protegiendo a distintos sectores de la población contra el desarrollo de la enfermedad, pero el plan de Salud -dirigido en gran parte desde el Ministerio de Sanidad- continúa olvidándose de una parte muy vulnerable de la sociedad.

Con los grandes dependientes -de grado III- y sus cuidadores inmunizados desde febrero y en pleno proceso de administración de dosis al grupo de pacientes de alto riesgo (entre los que se incluyen pacientes oncológicos, trasplantados, en proceso de hemodiálisis y personas con síndrome de Down mayores de 40 años), distintos colectivos que engloban a menores con discapacidad orgánica reclaman la vacunación para sus progenitores, quienes mayoritariamente realizan unas tareas de cuidados que no podrían hacer con una infección, por no hablar de su temor por poder ser un foco de contagio para ellos.

“Los menores tienen una doble vulnerabilidad”

Desde la federación de asociaciones de personas con discapacidad física y orgánica Cocemfe instan a las autoridades sanitarias “a priorizar en la estrategia de vacunación” frente a la covid “a familiares que conviven con menores con discapacidad y dependencia”, así como “a otros grupos sociales con alto riesgo de contagio”.

“Se ha comenzado a vacunar a determinados grupos vulnerables, pero aún quedan otros que necesitan ser incorporados de manera urgente como ya se está haciendo en otras autonomías: esclerosis, ELA, etc., así como a familiares que conviven con menores con discapacidad”, explica Manuel Arellano, presidente de la entidad en Navarra.

Arellano agradece que se vacune “a colectivos de pacientes de alto riesgo y a los profesionales que atienden a las personas con discapacidad y dependencia tanto en entornos domésticos como en residencias, como cuidadores y asistentes personales”, pero denuncia que se deja “fuera” a las personas que cuidan de forma no profesional a los y las menores de 16 años con discapacidad, que en su mayoría son padres y madres, pese a que mantienen también un contacto muy estrecho y continuado”.

“Esta situación les conduce a una doble vulnerabilidad de los menores, ya que no pueden acceder a la vacuna y además tampoco quienes les cuidan están protegidos. Esta situación debe abordarse sin más retraso para evitar más complicaciones en sus vidas, permitiendo su desarrollo psicoemocional, social y educativo con las mayores garantías”, reclama.

En este sentido, Cocemfe insiste en “la necesidad de que la estrategia de vacunación tenga en cuenta a los familiares convivientes con el objetivo de garantizar la seguridad de la infancia con discapacidad y enfermedades crónicas sin vacunación”.

“Si hablamos de protección social y de la salud, no podemos dejarnos por el camino a estos menores. El sistema social y sanitario no está dando respuesta a sus necesidades. Debemos proteger a sus padres y madres, porque es la única manera de garantizar al máximo su salud mientras los criterios sanitarios no les permita ser vacunados”, manifiesta Arellano.

Asimismo, recuerda que todavía hay muchas personas con discapacidades orgánicas que siguen sin ser vacunadas pese a que sufran un mayor riesgo, y pide la incorporación en la próxima actualización de la estrategia de vacunación de personas con enfermedades neurológicas, ELA, fibrosis quística, enfermedades respiratorias, cardíacas, etc. “incluidas ya en otras estrategias autonómicas al comprender su alto riesgo y para las que esperamos que se impongan los criterios científicos, sanitarios y de protección social”.

En este sentido, la federación se pone a disposición de Salud para aportarle toda la información y colaboración que precise sobre los grupos más vulnerables ante la covid-19 a los que representa.

“Los progenitores son otro factor de riesgo”

La Asociación Navarra de Fibrosis Quística, que el pasado miércoles celebró el día nacional de la enfermedad, aprovechó la jornada para reivindicar una vacunación “prioritaria y urgente” para las personas que sufren esta enfermedad, que tienen un “alto riesgo de contagiarse tanto de covid como de cualquier infección debido a que la patología afecta sobre todo al aparato respitorio”, según afirma Cristina Mondragón, presidenta de la entidad.

De las más de una veintena de personas que sufren esta enfermedad rara que afecta especialmente a los pulmones, alrededor de la mitad son menores, ya que “a raíz del cribado neonatal que se realiza desde hace 5 años es cuando más casos se han detectado”, según explica Mondragón. Por ello, reclama que se “vacunen a los convivientes” de estos menores, ya que además “no supondría casi nada para Salud, unas 100 vacunas”, cuantifica.

La presidenta de la asociación desvela que en alguna comunidad ya han comenzado a inmunizar tanto a todos los pacientes de esta patología como a sus progenitores, unos cuidadores que se han convertido “en otro factor de riesgo añadido” para quienes la sufren.

“Los primeros han sido Catalunya. La vacunación para menores de 16 no está indicada, por lo que se está vacunando a los familiares directos de los menores, como pasa con la gripe”, expone, argumentando que es “un error” que el plan de vacunación se haya configurado atendiendo principalmente a la edad, especialmente cuando ya ha bajado hasta los 60 años. “Pienso que se tendría que haber hecho por vulnerabilidad, pero una vez llegados a los grupos de riesgo deberían estar incluidos los pacientes de fibrosis quística”, reclama.

La presidenta de la asociación desvela que la pandemia “está afectando también psicológicamente” tanto a los menores como a sus progenitores, que aunque ya “cumplen de normal” las medidas de prevención como las “distancias y el no tener un contacto estrecho” al contar con “unos pulmones especialmente sensibles a la acumulación de bacterias y virus”, ahora “van un poco más allá” con un cuidado del que ya son “expertos”. “De hecho, cuando hace un año se requirió el confinamiento, las personas con fibrosis quística lo hicieron mucho antes, en cuanto empezaron los casos. A finales de febrero estaban casi todos confinados”, confiesa, pidiendo la vacunación porque con ella “no solo se evitan riesgos la salud, sino que permitiría retomar la actividad, además de reforzar los seguimientos hospitalarios y reactivar las terapias presenciales, como la fisioterapia respiratoria a domicilio que ofrece la asociación”.

“Sería conveniente vacunar a cuidadores”

Desde la Asociación con Daño Cerebral Adquirido Hiru Hamabi, también consideran “conveniente” incluir en el calendario de vacunación a los padres de los grandes dependientes. “No lo reclamamos porque la situación es la que es y no hay disponibilidad de vacunas para todos, pero si dieran la posibilidad es una tranquilidad para los progenitores y, en mi opinión, sería conveniente hacerlo”, refiere Yolanda Fonseca, presidenta de la asociación.

Aragón ya ha comenzado

La comunidad de Aragón ya ha comenzado a vacunar a ambos padres de los niños con grado 3 de dependencia ya que entienden que, habitualmente, ambos comparten su cuidado y pasan con ellos las 24 horas del día. Según avanzó ‘Heraldo de Aragón’, la inoculación de estos cuidadores comenzó a través de su identificación por las enfermeras de pediatría en los centros de salud. En esta comunidad también se inmunizará a los progenitores de los niños con enfermedades raras, sean grandes dependientes o en una situación menos severa pero igualmente vulnerables ante un contagio por covid.