El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha anunciado este martes que ya han sido devueltos a Marruecos 2.700 de los 6.000 inmigrantes que han entrado en las últimas horas de forma ilegal en Ceuta.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Marlaska ha asegurado que el Gobierno está poniendo desde el primer momento todos los medios necesarios para proteger a la ciudadanía de Ceuta y devolver "por los cauces establecidos" a quien están entrando de forma ilegal en la ciudad autónoma.

"Ceuta es tan España como Madrid, Sevilla o Barcelona", ha aseverado el ministro, que ha subrayado que el Ejecutivo "no va a cejar ni un minuto" para revertir la situación y seguirá "siendo contundente en la defensa de las fronteras".

Marlaska ha detallado que ya se encuentran en Ceuta los primeros refuerzos de policías nacionales y guardias civiles anunciados ayer, un contingente de 200 efectivos especializados en seguridad ciudadana y extranjería y fronteras.

Estos agentes se sumarán a los 1.100 agentes de ambos cuerpos que trabajan de forma permanente en la ciudad autónoma y que configurarán también patrullas conjuntas con los militares que están allí desplegados.

El ministro ha tildado la situación de "extraordinaria y excepcional" y, por ello, ha sostenido que la respuesta que el Ejecutivo está dando es también "extraordinaria", con los medios "precisos y necesarios para defender la integridad de nuestras fronteras".

"Son tres años de política migratoria, con el reto de flujos migratorios a los que se enfrenta Europa en los que, como en otras ocasiones, se ha sabido dar respuesta", ha garantizado antes de señalar que viajará de inmediato a Ceuta y se reunirá con mandos policiales, el delegado del Gobierno y el presidente de la ciudad autónoma, Juan Jesús Vivas.

Por su parte, la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha lanzado un mensaje de "tranquilidad, confianza y solidaridad" con los ciudadanos españoles de Ceuta, Melilla y las localidades del sur de la Península, al tiempo que ha condenado de forma "clara y rotunda" los mensajes xenófobos que buscan criminalizar a los migrantes.

"Lo último que necesita una crisis es que dirigentes políticos utilicen el odio y el miedo", ha advertido Montero antes de pedir "responsabilidad, prudencia y sentido de Estado".