- La consejera de Desarrollo Rural y Medioambiente, Itziar Gómez, explicó ayer que Navarra tiene un total de 74 áreas en “riesgo potencial significativo” de inundaciones y recordó que la última riada de diciembre de 2021 afectó a 130 municipios. Por ello, la consejera remarcó la importancia de trabajar en la prevención y en la colaboración.

Posteriormente, César Pérez, jefe de sección de planificación, estudios y ciclo integral del agua del Gobierno foral, explicó que el crecimiento de las ciudades ha provocado la ocupación del cauce natural de los ríos.

Así, analizó la historia de Navarra a través de las riadas. “Desde la Edad Media hasta la Ilustración, se daban principalmente en Sangüesa, Tudela y Estella, afectando especialmente a zonas de cultivo. Desde la Ilustración hasta 1960, ocurren con mayor frecuencia en Estella y la Ribera. Después, desde 1960 hasta la actualidad, aumentan los daños en la comarca de Pamplona y en La Ribera”.

“Las ocupaciones del cauce fluvial han sido evidentes e inevitables. Por ejemplo, en la riada de Tafalla de 2019, el Casco Antiguo no sufrió ningún daño y las instalaciones afectadas fueron residencias, centros educativos y zonas deportivas que se habían construido más tarde. Estas situaciones son inevitables, pero lo que hay que hacer es adaptarse y mitigar sus consecuencias”.

Por último, señaló que la mayoría de las inundaciones que se dan en Navarra son de alta probabilidad de retorno. “La mayoría tienen un periodo de retorno de 5 o 10 años, aunque la de 2021 fue excepcional y pudo tener una probabilidad de retorno mayor, de 25 o 50 años. Por ejemplo, lo que ocurrió en Tafalla en 2019 pudo tener un periodo de retorno de 500 años”, concluyó.