Reducción del salario, sin tiempo para el autocuidado, y un sentimiento de minusvaloración por parte del entorno social. Es la radiografía sobre la maternidad que hace la Asociación Yo No Renuncio del Club de Malas madres, que ha realizado una encuesta a más de 50.000 mujeres en todo el Estado.

Y es que además de señalar los costes laborales, ponen el foco en las consecuencias emocionales y personales de hacerse cargo de los cuidados prácticamente en su totalidad.

El informe hecho público por la Asociación desvela que alrededor de seis de cada diez mujeres ha sufrido una pérdida salarial al convertirse en madre, tras verse obligada a reducir la jornada, coger una excedencia o directamente dejar el empleo. "Esto no se puede permitir. Una mujer no puede cobrar menos por ser madre, no tendría que reducirse la jornada, cogerse una excedencia o abandonar su empleo como yo tuve que hacer", subraya la presidenta de la Asociación Yo No Renuncio, Laura Baena. Y es que insiste en que la maternidad sigue siendo "el gran techo de cristal de la mujer".

Según asegura, "se constata una vez más la falta de reciprocidad a la hora de recibir cuidados, ya que las mujeres que cuidan no están siendo cuidadas y tampoco tienen tiempo para el autocuidado. Más bien están soportando una alta carga mental derivada de llevar las tareas doméstico-familiares y que, además, acaba afectando a su salud mental".

Y es que el estudio muestra que en lo que a consecuencias psicológicas y emocionales respecta, 4 de cada 10 mujeres se ha sentido minusvalorada en su empleo o en su entorno social tras ser madre; el 64% declara llegar cansada todos los días a su trabajo y el 65% tiene menos de una hora libre al día.

Por ese motivo, según destacan desde Yo No Renuncio, "toda esta falta de conciliación y de corresponsabilidad tiene un coste personal para las madres": el 65% tiene menos de una hora libre al día y el 20% ni eso; el 64% declara llegar cansada al trabajo todos los días; y el 66% indica que no ha pedido ayuda psicológica pese a sentirse desbordada y triste.

Tareas del hogar

Del mismo modo, Baena apuesta por "revisar el modelo social para buscar otras opciones que hagan sostenible la relación trabajo y vida. No se trata de aprobar permisos y ya, sino de cambiar la relación entre lo económico y los cuidados, y entender que los cuidados también tiene un coste" .

Y es que encuesta revela que "la corresponsabilidad en los hogares no existe" ya que el reparto de tareas continúa siendo "desigual". Hablar de quién lleva a cabo las tareas doméstico - familiares y a cambio de qué lo hace debe ser igual de importante, a juicio de la entidad, que hablar de la igualdad de género. "¿Qué pasaría si nadie limpiara los baños, preparara la comida, llevara a los niños al cole, se preocupara de sus vacunas, médicos, deberes... ? ¿Qué pasaría si nadie hiciera la compra, organizara el menú o lavara la ropa?", cuestionan.

Añaden además que "a la ausencia endémica de medidas de conciliación en el Estado, se ha unido estos dos últimos años una pandemia que si ha dejado claro algo, es que la conciliación no existe".

"Se ha puesto de manifiesto, más que nunca, la falta de estructuras de apoyo a las familias y la carencia de medidas efectivas de conciliación, convirtiéndose en un sálvese quien pueda. Conciliamos como podemos y a costa del esfuerzo personal, laboral y emocional de las familias ", zanja Laura Baena.