Asun Roldán Arróniz nos pregunta: "¿Conocéis a alguien seropositivo en vuestra vida?". Tras hacer memoria, respondo que no y me interpela: "No tengas dudas de que los hay". Como explica esta trabajadora social y sexóloga de 54 años, "es representativa esa invisibilidad. Muchas personas que vienen a la Comi -se refiere así a la Comisión Ciudadana Antisida de Navarra, que estos días celebra su 35 aniversario y que el domingo hará un concierto a las 12.00 horas en la sala Zentral- y forman parte activa, también en sus servicios, no lo comparten en sus entornos, tanto laborales como sociales, porque la vida se dificulta mucho". Y es que, como prosigue, "el estigma alrededor del VIH se mantiene igual que cuando empezamos, no se ha avanzado prácticamente y a veces incluso ha habido retrocesos. La serofobia es impresionante".

La comisión lleva 35 años intentando prevenir, visibilizar y exigir los derechos humanos y sexuales de todas las personas. Respecto a cómo surgió este colectivo, Asun recuerda que "Héctor Anabitarte, presidente en aquel momento del Comité Antisida de Madrid, vino a la Escuela de Trabajo Social a dar una charla sobre el VIH. Entonces, estaba empezando a haber una pandemia que inquietaba, que se sabía muy poco... cosas similares a veces a las que hemos vivido recientemente con la covid. Y un grupo de alumnas, junto al apoyo de profesorado implicado, nos empezamos a juntar y a ver la posibilidad de crear aquí una asociación".

Al mismo tiempo, escuchaban "los primeros datos potentes", como que moría "gente joven muy vinculada al consumo", y a esas reuniones, que se celebraban en casas particulares, comenzaron a sumarse "profesionales preocupados del ámbito de la salud, de la educación, gente activista de nuestra ciudad y colectivos", como por ejemplo el de hemofílicos, ya que "empezó a haber fallecimientos entre estos pacientes por transfusiones" que tenían el virus.

Así, en mayo de 1987 registraron la asociación. "Empezamos a trabajar en aspectos que en aquellos momentos eran urgentes y que fueron algo muy importante en Pamplona y Navarra", como "el programa de intercambio de jeringuillas, de disminución de daños y riesgos, que teníamos en el local de la calle Calderería", señala Asun, quien recuerda que "fueron años intensos y duros" en los que también intervinieron con las trabajadoras sexuales, que "se situaban en la Plaza del Castillo y estaban muy vinculadas también a las adicciones en muchos casos".

Información en los frontones

Intercambio de jeringuillas

"Había mucho miedo a acompañar a las personas infectadas"

La población demandaba información y, de hecho, los frontones de los pueblos se llenaban para recibirla. Así, médicos y médicas -profesionales con autoridad en la materia- les explicaban qué era el VIH, cómo se transmitía y cómo no, ya que había "un temor atroz". De hecho, rememora que "cuando pasábamos a dar las charlas a veces la gente se apartaba por miedo al contagio".

Esta actividad formativa ocupó "mucho" de su tiempo, también el programa de intercambio de jeringuillas, que "logró parar una parte muy importante de la transmisión" porque "en aquel momento la vía intravenosa era alarmante" -Ahora la transmisión sexual es la responsable de la mayoría de los casos -, y luego el acompañamiento en los hospitales. "Había mucho miedo a acompañar a personas infectadas, estaban muy solas. Yo era muy joven y me tocó ver la muerte muy cerca en gente joven y muy dura", relata.

No es de extrañar, por tanto, que la comisión haya conseguido a lo largo de su andadura "ser un referente de cercanía, de empatía, de familia", porque "al final hemos creado una tribu", explica Asun. Y es que "para muchas personas seropositivas el que entres y le cojas la mano... Te preguntan ¿no me tienes miedo?", menciona esta voluntaria, que dice que cuando esto ocurre ve "dolor" en los ojos que le miran y "mucha exclusión".

Asun asegura que "dar un positivo siempre te marca". De hecho, recuerda "cada uno de los que he dado, tanto en la Comi como en el trabajo -porque trabajaba en un centro público, donde hacía pruebas-". De hecho, al inicio era como "dar sentencias de muerte" y "estábamos dando positivos a personas muy jóvenes".

¿Por qué no hay vacunas?

Avance en la calidad de vida

Aniversario "agridulce"

En cuanto a cómo ha cambiado el perfil del paciente en Navarra, la actual presidenta de la Comisión, Hinojal González Bravo, señala que "hay personas que tienen VIH mayores, pero también es cierto que hay mucha gente joven". Sin embargo, destaca que "en el mundo de la Medicina se ha avanzado mucho y la calidad de vida es muchísimo mejor. El VIH ahora mismo es indetectable e intransmisible, te permite llevar una vida totalmente normal, la tuya".

Entonces, Asun se pregunta: "¿Por qué en 40 años de infección no hay vacuna y en dos de covid hay varias?". Mientras confiesa que le gustaría saber la respuesta, apunta que "está claro que no todas las vacunas son igual de sencillas y, desde luego, tienen su complejidad", pero también influyen "las voluntades políticas, económicas y mundiales".

Como concluye una de las fundadoras de la comisión, "es verdad que ahora mismo un positivo no es una sentencia de muerte, pero es una enfermedad que no se cura y eso es muy potente también en el momento actual, en el que la mayoría de las enfermedades encuentran soluciones; el VIH no la tiene. Todas las infecciones de transmisión sexual son tratables de una manera muy sencilla, diagnosticadas a tiempo no tienen grandes complicaciones, las que son más graves, como hepatitis B, C y A tienen tratamiento y vacuna y, sin embargo, en el VIH se avanza pero también habría otros logros que tendríamos que presionar".

No obstante, como reconoce esta activista, este aniversario le produce un "cierto sabor agridulce". "Si cuando se creó la asociación me hubieran dicho que 35 años después seguía viva hubiera dicho qué me estás contando. Creíamos de verdad que íbamos a conseguir logros que hicieran que no fuera necesaria, lo cual me produce cierto grado de tristeza. Sería una celebración que desaparezca porque se ha conseguido que el VIH no se transmita, que a quien lo tiene no se le discrimine y que realmente las personas jóvenes puedan relacionarse sexualmente sin tantos temores y miedos", pero "la Comi todavía tiene muchos retos que cumplir".