La discapacidad visual afecta a 8.000 personas en Navarra. Aunque se trata de un afección que sufre una pequeña parte de la población, todos podemos llegar a padecerla algún día. La Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) es la entidad que se encarga de atender a gente con ceguera, parcial o total, y de mejorar su calidad de vida. Se estima que son 72.000 personas las que están afiliadas a la ONCE si bien tan solo un 15% tiene ceguera total. La mayoría padece baja visión, y en numerosas ocasiones esta falta de visión es adquirida.

Nuria Medina, portavoz de Comisión Derechos Sociales, experimenta con el tacto y los ojos vendados.

Ayer, miembros de la Comisión de Derechos Sociales del Parlamento de Navarra conocieron de primera mano la labor de la ONCE en la Comunidad Foral. Pilar Herrero, presidenta del Consejo Territorial de la ONCE en Navarra, aseguró con orgullo que “el modelo de servicio social que nosotros ofrecemos es único en el mundo. Trabajamos para que cada ciego sea lo más autónomo posible”. Se prestan unos servicios de atención individualizada y se establecen programas específicos. “Cada uno tenemos un ritmo diferente de aprendizaje y adaptación. Tratamos de hacer un traje a medida para cada persona”, explicó Herrero.

Tal y como expuso la presidenta de la ONCE en Navarra, esta organziación es el cuarto empleador absoluto de España, no solo para personas ciegas sino en términos generales. Además, aunque para ser afiliado de la ONCE debe tenerse nacionalidad española, la fundación también presta servicios básicos a extranjeros y refugiados.

En Navarra hay 173 vendedores de lotería, y esto es lo que sustenta principalmente la labor social que realiza la asociación. “Nos centramos en la palabra persona. Todos tenemos derecho a un sueldo, no hay nada que nos impida trabajar”, expresó Herrero.

Visita guiada

Tras aportar información sobre la labor de la ONCE, los parlamentarios de los distintos grupos políticos visitaron las instalaciones de la organización en Pamplona. En la “tifloteca”, llamada así porque los recursos están adaptados, Nuria Medina, portavoz de la Comisión de Derechos Sociales del Parlamento foral, pudo experimentar el modo en el que una persona ciega ve un cuadro. Mientras se realiza un recorrido táctil, un audio explica por dónde hay que mover los dedos. “Se trata de llegar desde lo global al detalle a través del tacto. Es difícil, hay que tener paciencia”, explicó Medina. Los trabajadores del centro destacaron la importancia de utilizar todos los sentidos para poder desarrollarlos al máximo. Asimismo, los parlamentarios también conocieron el sistema de lectoescritura Braille, guiados por Luis Villar, maestro de la ONCE.

Inquietudes y reivindicaciones

Después de mostrar lo que tienen, la ONCE pasó a comunicar lo que necesitan. “Todavía queda mucho que hacer, la sociedad la hacemos inclusiva entre todos”, afirmó Herrero. Entre las principales preocupaciones de la organización están el juego ilegal, la integración laboral y la accesibilidad. La ONCE pidió a los parlamentarios la regulación y el cumplimiento de las leyes. “Muchas veces no se cumplen porque no se conocen. A veces incluso los encargados de hacer la supervisión no la hacen”, se lamentaba Valentín Fortún, delegado territorial de la ONCE en Navarra, poniendo como ejemplo el transporte público de Pamplona, que depende de la activación de un mando a distancia que no suele funcionar. “Hay una falta de formación, inspección y regulación. La ley no puede quedarse en el papel, la accesibilidad es un derecho, continuó Fortún”.

En cuanto a la integración laboral, Fortún explicó que “llevamos 40 años de incumplimiento sistemático de la LISMI”, ley que obliga a contratar a un porcentaje de profesionales con discapacidad no inferior al 2%.

Los portavoces de Navarra Suma, PSN, Geroa Bai, EH Bildu e I-E agradecieron las explicaciones y considerarán buscar solución.