El tren Alvia que cubría este mediodía el trayecto de Madrid a Pamplona ha visto interrumpido su trayecto por una desagradable incidencia.

Uno de los pasajeros, según relatan varios viajeros que iban a bordo del tren, se negó en reiteradas ocasiones a ponerse la mascarilla, elemento de uso imprescindible para viajar en cualquier tipo de transporte público. Los interventores de Renfe invitaron en varias ocasiones al pasajero en cuestión a que hiciera caso a las obligaciones de todo viajero de cubrir el trayecto con el cubrebocas correspondiente. De lo contrario, le advirtieron expresamente que podría ser detenido y tener que abandonar el Alvia.

El viajero hizo caso omiso a la advertencia (no consta si alegaba algún tipo de razón particular para no colocarse la mascarilla) y, de esta forma, fueron agentes de la Policía Nacional quienes accedieron al tren en la estación de Guadalajara y le conminaron a que le acompañaran y se apeara del vehículo. El desalojo del viajero, después de una discusión con los agentes intervinientes, acumuló más retraso para el trayecto que estaban realizando. De esta forma, la parada en Guadalajara se alargó durante unos 45 minutos y posteriormente, es probable que por el retraso previo acumulado, también se demoró un tiempo el enlace en el intercambiador del tren en la provincia de Zaragoza.

Finalmente, el tren que debía llegar a la capital navarra a las 14.50 horas, desembarcó a las 16.05 horas, con un retraso acumulado de una hora y 15 minutos.