Marijaia peta Bilbao
Miles de personas abarrotan El Arenal en una imagen inusitada después de dos años
Han sido tres años sin el bullicio de las txosnas, sin las luces de las barracas, la alegría infantil del Txikigune y, sobre todo, sin la sonrisa eterna y contagiosa de Marijaia. Demasiado tiempo. “Que sean unas fiestas que valgan por tres”, ha invitado este sábado la pregonera, Itziar Lazkano, en un emotivo discurso seguido por una multitud nunca antes vista, apabullante, que superaba la plaza del Arriaga y alcanzaba la iglesia de San Nicolás, Ripa y todo El Arenal.
Una marea inédita. Y cuando con un Gora Aste Nagusia, Gora Marijaia dio paso al txupin que se elevó al cielo de la mano de Iratxe Palacios, todo Bilbao estalló en un clamor unánime. Marijaia ya está aquí. ¿Cómo no va ser para gritar?
Radiante y emocionada, la pregonera ha puesto voz a la larga espera de una Aste Nagusia que la pandemia ha suspendido durante dos ediciones, recordando todos y cada uno de sus momentos más característicos.
MUCHA EMOCIÓN POR EL REGRESO
Dos años “sin sentir la alegría gritona del txupin, el fresquito de un katxi de kalimotxo en las txosnas, sin ese ritmo bailongo de Marijaia cantando entre las calles de la mano de Kepa Junkera, sin ver abrir la bocaza a ese Gargantua gordinflón que se pasa la semana cagando pitufos y pitufas, sin gigantes, sin oler a marmitako en El Arenal, sin el concierto en La Pérgola o un vinito dulce en El Baturro Pisauvas de las barracas”.
“¿No es para gritar?”, ha preguntado de forma retórica a una marea enloquecida que respondía a cada una de las llamadas de la pregonera. Incluso se ha acordado, con permiso del servicio de limpieza, de “la sagrada tradición de entrar entre dos coches, o entre dos contenedores, y mezclar tu agüita amarilla con la de miles y miles de bilbainas”. Eso sí, “no seáis cochinos y cochinas, que huele fatal”, advirtió. Y tiene razón; si como dicen los que saben la felicidad consiste en aprender a esperar a que los deseos se cumplan sin desazón, “nosotros hemos sacado un máster en paciencia”.
Ha enarbolado la pregonera una fiesta libre de agresiones, “elegante y feliz”. Su grito se escuchó de Miribilla a Zorroza, de Uribarri al Peñaskal, de Otxarkoaga a Monte Caramelo, Betolaza, Arangoiti, Ciudad Jardín, Atxuri, Santutxu o San Adrián. “¡Que grite Bilbao capital!”, ha ido perdiendo la voz. “Que se enteren en el mundo entero, ¡por fin estamos de fiesta en Bilbao!”, han enloquecido los asistentes. No ha hecho falta más; el txupin al cielo de Iratxe Palacios y ha estallado la locura por nueve días.
INTERCAMBIO DE ATRIBUTOS
Minutos antes, había que cumplir con la tradición. Un aurresku de honor daba la bienvenida en la escalinata del Teatro Arriaga a la pregonera y la txupinera; el alcalde, Juan Mari Aburto; la corporación municipal y los concejales bilbainos; los representantes del Gobierno vasco y la Diputación de Bizkaia, comparseros y una amplia representación social. “¡Qué recuerdos!”, se emocionaba la pregonera 2019, Bea Sever. “Quién nos iba a decir que íbamo a tardar tres años en pasar el testigo... Estoy feliz de poder hacerlo, porque significa que volvemos a disfrutar de Aste Nagusia, y encima hacerlo con Itziar Lazkano, gran actriz y mejor persona”. Sabe de lo que habla; coincidió con ella en el rodaje de una película en la que participa una niña de Naizen, la Asociación de Familias de Menores Transexuales de Euskadi y Nafarroa, y la propia Lazkano, haciendo de su amama.
Su reinado, el más largo de la historia, llegaba a su fin; entregaba la makila a Itziar Lazkano, con la que se fundía en un sentido abrazo, mientras Itsasne Nuñez hacía lo propio con el lanzador que le pasaba a Iratxe Palacios. “Feliz y nerviosa” se confesaba esta última, mientras que la pregonera miraba a una semana intensa, “compartiendo con todos los vecinos, los mayores, los niños, porque aquí hay actividades para todos. Quiero unas fiestas alegres, divertidas y que sean elegantes, que es algo que nos caracteriza a los bilbainos y bilbainas”.
“Parecía que nunca iba a llegar pero por fin Aste Nagusia está aquí, con una alegría y una ilusión desbordante, y muchas ganas de disfrutar y estar en la calle con la gente”, invitaba el alcalde, junto a una concejala de Fiestas, Itziar Urtasun, “emocionada como la primera vez”. Ni el actor y director Ángel Llácer, ni parte del elenco de La Jaula de las Locas, quiso perderse la recepción. “Me emociona ver cómo los ciudadanos toman el teatro para dar comienzo a la fiesta. Estoy preparado para todo, aunque tengo que ir pronto a dormir que mañana tengo función”, confesaba. Como a todos, Bilbao le espera.
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