Pocas cosas ayudan tanto a recobrar la memoria como objetos tangibles y palpables. Con esa idea, el director del Instituto de la Memoria, Jose Miguel Gastón, recogió ayer tierra de la fosa de Valcaldera, donde 53 personas fueron fusiladas el 23 de agosto de 1936, para integrarla en el futuro monumento que se creará cerca de la plaza de toros, para recordar los centros de detención que hubo allí, en Escolapios y en Salesianos. De las 53, una pudo escapar, Honorino Arteta, y su testimonio sirvió para documentar una de las mayores matanzas cometidas en Navarra en la Guerra Civil. Ayer un centenar de personas estuvieron presentes en este pareja situado entre Valtierra y Cadreita, para recordar nombres como los de Natalio Cayuela, presidente de Osasuna durante dos etapas, que murió junto a su hermano Santiago. Para rendirle tributo el presidente de la Federación de Peñas de Osasuna, Benjamín Rekarte, extendió una bandera con su rostro, que a través de Osasunaren Memoria se les hará llegar a sus descendientes a Chile. Además reclamó a Osasuna el saque de honor que prometió en 2020 a Aurea Jaso, sobrina de un jugador de Osasuna muerto en la Guerra Civil, y que aún no ha cumplido.

En lo que se refiere al homenaje, organizado por la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra (AFFNA36), Eneko Arteta leyó la narración de la matanza que realizó su tío Honorino Arteta, y recordó que se sigue sin conocer el destino de los restos de los fusilados ya que fueron algunos de los que llevaron al Valle de los Caídos y que se sacaron en 1979. “No hay avances. Sabemos que el Instituto de la Memoria está detrás de ello. Se ha mirado algun panteón proximo a Corella, porque parece que es el único sitio donde se depositaron restos, pero nada. Creemos que se corresponde con un pacto de silencio que el Gobierno de UCD impuso a las familias”.