El centro San Miguel de Cáritas para gente sin hogar atiende a 459 personas y el 35% no llega a 25 años

Ángel Iriarte, director de Cáritas Pamplona-Tudela, ayer en la rueda de prensa. Patxi Cascante

El centro para personas sin hogar San Miguel de Cáritas alcanzó una cifra récord de atenciones durante el presente año, al llegar a albergar a 459 personas en 2022, y entre los síntomas más preocupantes que ofrece la realidad que se visibiliza en dicha estancia es el hecho de que el 35% de las personas que han sido atendidas en dicho centro ni siquiera habían alcanzado los 25 años de edad. Fueron hasta 185 los jóvenes que no habían alcanzado dicha edad y que han pasado por allí, y la misma cifra de personas e igual porcentaje respecto al total de atendidos (35%) son aquellas que no disponían de ningún tipo de ingreso cuando acudieron a San Miguel.

Coincide, por tanto, en muchos de los casos, que esas personas con cero ingresos son en su mayoría menores de 25 años. Dicha tendencia es una de las graves preocupaciones que ofreció ayer Ángel Iriarte, director de Cáritas Diocesana Pamplona-Tudela, al reparasar los datos de atención de la entidad durante este año. El Centro San Miguel, recordó Iriarte, es un espacio ubicado en la calle Olite del que dispone la entidad y se destina para personas sin hogar “donde va la gente más rota que tenemos en Pamplona y alrededores”. Allí se ofrece un lugar de encuentro y se da cobertura a sus necesidades básicas durante el día. Se ofrece techo, bebidas calientes, ducha, lavandería y un espacio confortable donde poder hablar, leer, jugar, ver la televisión o utilizar el ordenador. En 2022 albergó a 459 personas, un 53% más respecto al año anterior pero que duplica la cifra registrada en 2019, antes de la pandemia, cuando se atendieron a 217 personas. Un 20% de las personas atendidas son de origen español y el resto extranjero, un 48% de origen africano y, en especial, de la zona del Magreb. Asimismo, Iriarte llamó la atención ante un “fenómeno nuevo” al constatar la procedencia de estos jóvenes de otros países europeos, principalmente Italia, Francia y Alemania. “Tendrá mucho que ver con la posibilidad de obtener papeles” pero “no tenemos la seguridad”, opinó. Según explicó, parte de estos jóvenes sin hogar proceden de centros de menores, de los que han tenido que salir tras cumplir los 18 años, muchos de los cuales han acabado en esos centros por problemas por familias desestructuradas. Otra im-presión que tiene Iriarte es que parte de estas personas “vienen del mundo de la adopción” y “no se han integrado”.

El director de Cáritas de Pamplona-Tudela, Ángel Iriarte, remarcó que “no podemos nadie mirar para otro lado” ante el aumento de personas jóvenes que “se están acostumbrando a vivir en la calle”. Un “verdadero problema en la sociedad” que se está “cronificando”, señaló. “Vivir mucho tiempo en la calle va acostumbrando a las personas a un estilo de vida que cada vez los aleja más de la posibilidad de reincorporarse con una cierta normalidad a la sociedad”, advirtió en la misma rueda de prensa en la que presentó los datos de atención de la entidad correspondientes al 2022.

Preguntado por las medidas para solventar esta realidad, el director de Cáritas de Pamplona-Tudela llamó a hacer una “mirada técnica” a esta problemática y a implementar los recursos necesarios en materia de vivienda y para una formación para el empleo “que tengan salida”, mirando a los trabajos que serán necesarios en los próximos 15 años. A ello se une que “chocamos con todo el problema eterno de los papeles”. “Nos está llegando gente formada y los tenemos cuatro años esperando para convalidar unos estudios y mientras pagando rentas garantizadas”, criticó Iriarte.