¿Existe alguna evidencia científica que relacione la jornada escolar con el rendimiento académico del alumnado?

–No, no hay estudios que concluyan que la jornada continua ni la partida mejoren el rendimiento académico. No los hay porque es imposible hacerlos. Se podría hacer un estudio longitudinal en varios centros educativos, durante unos 6 o 10 años, que estuvieran unos años con jornada partida y después cambiar a la continua, y analizar las notas del alumnado. Pero claro es un trabajo costoso y las Administraciones quieren datos ya. La única variable admitida de manera científica que influye, no determina, en el rendimiento académico del alumnado es el contexto sociocultural de las familias. Es de sentido común que un escolar de una familia de clase media que crece con libros en casa, que puede ir en verano a Inglaterra, que tiene a sus progenitores pendientes, que le ayudan... va a rendir mejor.

He leído estudios que apuntan a que la jornada continua perjudica al alumnado más vulnerable ya que pasan menos tiempo en la escuela, que no deja de ser un lugar seguro. 

–En esa premisa pongo un matiz porque el alumnado que acude a un colegio con jornada continua puede estar el mismo tiempo en la escuela que aquel que está en un centro con jornada partida. Otra cuestión es cómo organizan ese tiempo escolar. Es cierto que tenemos que preocuparnos por el alumnado vulnerable pero también en jornada partida. En mi opinión hay dos cuestiones claves: la organización de las actividades extraescolares y el comedor. Si se eliminan las extraescolares de los colegios el que sale perjudicado es el alumnado vulnerable, porque los de clase media pueden hacer actividades fuera. Creo que tal y como se estructura la jornada continua, por ejemplo en Aragón que es lo que más conozco, no perjudica al alumnado vulnerable ya que están obligados a ofertar actividades extraescolares después de comer. Siempre hay profesores que se quedan para coordinarlas y se organizan en colaboración con el ampa (asociación de padres y madres), los ayuntamientos, los centros uotras entidades. En lo que respecta al comedor creo que si se apuesta por la jornada continua se debería plantear un almuerzo a media mañana, sobre las 12 horas, como un elemento más de la dinámica del colegio y que todos los alumnos coman un sandwich y una fruta, por ejemplo. Y luego el alumnado desfavorecido pueda quedarse a comer con una beca. De esta forma se garantiza que al menos una comida saludable al día.

El rendimiento académico no parece que sea una razón para optar por una jornada u otra, ¿cree que hay motivos para decantarse por alguna de las dos?

–Creo que los beneficios de la jornada continua o partida dependen de cómo se organicen y de cómo se estructuren. Y por supuesto influye el tipo de centro, del contexto socioeconómico del alumnado y familias. He conocido como se está trabajando en distintas CCAA y en algunos colegios tiene más sentido hacer la continua y en otros, la partida.

Sin embargo, a la hora de decidir la jornada cada sector (profesorado y familias) mira por sus propios intereses.

–Totalmente de acuerdo. Se trata de un proceso muy complejo porque intervienen intereses personales, laborales, profesionales... Todos legítimos. En la mayor parte de los lugares el profesorado prefiere la jornada continua. Es de sentido común y no se puede criticar esa opción. Y las familias eligen en función de su contexto y dinámica familiar. Esa es la realidad. Las administraciones tienen un problema serio. Creo que deberían establecer un marco razonable y en base a este marco, las familias deberían decidir qué jornada prefieren. Si se decantan por la continua, los centros tendrían que solucionar y atender una serie de cuestiones. En Aragón, por ejemplo, el Departamento ha aprovechado que los colegios querían pasar a jornada continua, y les ha obligado a poner en marcha un proyecto de innovación con el objetivo de mejorar el centro. Pero el tema es complejo y está generando malos rollos en los centros entre familias.

En Navarra, la jornada partida es residual en la escuela pública al contrario que en la concertada. ¿Puede perjudicar a la matrícula en la enseñanza pública?

–No lo creo. Precisamente hay más trasvase de la partida a la continua que de la continua a la partida. Es cierto que la concertada no opta por la partida porque crea que es mejor sino que lo hacen que si pasan a la continua van a perder gente en comedor y en extraescolares que es de donde se financia, en parte, la concertada. El otro día me decía un padre, de clase media claro, que valoraba que su colegio tuviera jornada continua porque ahora podía llevar a sus hijos a extraescolares fuera del colegio a unas horas razonables y podía llegar a casa a las 19 horas en lugar de a las 21 horas como antes. En cualquier caso, yo no digo que funcione mejor o peor una u otra jornada, pero si echo en falta en los medios mensajes a favor de la continua porque detrás de la partida hay intereses económicos. También creo que el profesorado se ha equivocado al decir que la continua mejora el rendimiento académico y tampoco es cierto. El tema es complejo pero la realidad es que ningún centro con continua quiere volver a la partida. l