La Federación Vasca de Montaña junto con la Federación Aragonesa y otros organismos y entidades estatales organizaron la madrugada de ayer un gabinete de crisis nada más conocer la noticia de la desaparición de Iker y Amaia. “Intentamos recabar información, nos cruzamos los contactos que teníamos en Chaltén con el fin de conocer lo sucedido y valorar la situación”, explica a este periódico Zigor Egia, presidente de la Federación Vasca de Montaña.

Según cuenta, los tres jóvenes, que son expertos montañeros, escalaron, llegaron a la cima del Fitz Roy y al bajar, “después de hacer la parte más técnica rapelando con las cuerdas”, cuando iniciaban el descenso a pie les cayó un alud que arrastró Amaia y a Iker hasta una grieta que se cubrió de nieve;“literalmente les entierra vivos”, lamenta Egia. ”Josu libra de ese alud y está aproximadamente una hora allí intentando lo que puede, pero no puede hacer mucho porque el alud también había arrastrado el material a la grieta también, no puede hacer nada”, cuenta.

“Ha pasado ya mucho tiempo y todos sabemos que cuando te cae un alud y te sepulta, o te mata el impacto y el peso de esa nieve o te mata el propio ahogamiento de estar enterrado. Los montañeros sabemos que puedes estar en esa situación 20 minutos, no más. Josu es un profesional de alta montaña, un experto y un especialista por lo que decidió bajar a dar el aviso”, indica.

Sobre el rescate, señala que debido al calor la situación en la zona es peligrosa y que “intentarlo es arriesgado porque pones en riesgo la vida de los rescatadores y las posibilidades de que Iker y Amaia estén con vida son mínimas”. “Veremos cómo van evolucionando los hechos, la climatología, y si se puede subir. Todo eso lo irmeos viendo”, explica.

“En estos momentos hay unas familias hechas polvo y una comunidad montañera que también lo está”, afirma en relación a la situación que ha dejado lo sucedido en la Patagonia.