“Cuando lo piensas fríamente dices: Gracias, Uxua. Me has jodido la carrera, pero me has salvado la vida. Así de sincero se ha mostrado este martes el expelotari profesional Juan Martínez de Irujo con la cardióloga Uxua Idiazábal, que en 2016 le diagnosticó una cardiopatía que le obligó a dejar la pelota tras haber sido una de las grandes figuras de este deporte y haber logrado cinco txapelas en el Campeonato Manomanista, otras cinco en el Mano Parejas y tres en el Campeonato del Cuatro y Medio. Como ha confesado, ha sido “muy duro, pero hay más vida aparte de eso”.

Con la misma valentía que desplegaba en los frontones, el de Ibero ha contado su experiencia en la presentación del programa de prevención de la muerte súbita en el deporte impulsado por el Centro de Estudios, Investigación y Medicina del Deporte. Tras felicitar al centro por una iniciativa que ha considerado “súper importante”, ha explicado que “yo entrenaba todos los días al 120%. Consideraba que estaba sano, hasta que hago una consulta con Uxua. Me estaba haciendo una prueba y le pregunté qué, ¿todo bien, no? No me quería contestar y ahí empezó todo el episodio que tuve que pasar de pruebas y, más vale que las hice, porque si no, hoy aquí no podría estar hablando con vosotros y vosotras”.

"Yo estaba sano, pero cualquier día me podía haber dado un batacazo al corazón y no haberlo contado más"

Juan Martínez de Irujo - Expelotari profesional

A pesar de ser deportista profesional, “llevaba ya tiempo sin hacerme estos estudios –concretamente, desde 2010–, porque tampoco se le daba la importancia que se le da ahora”, ha dicho Martínez de Irujo, que ha considerado los reconocimientos “súper necesarios para todo el mundo que hace deporte. Yo estaba sano, pero cualquier día me podía haber dado un batacazo al corazón y no haberlo contado más”.

Preguntado por cómo fue aceptar el diagnóstico, ha recordado que “poco a poco la pelota de no seguir se iba haciendo más grande y, cuando se hicieron todas las pruebas que se podían realizar, cada vez el diagnóstico estaba más claro y un día, hablando con mi familia, hablando con Uxua, con más cardiólogos... hubo un momento que me dijeron: oye, déjalo, y ahí me derrumbé, me pegué una llorera terrible. Dije qué voy a hacer ahora si no sé hacer otra cosa más que jugar a pelota...” pero, como ha destacado, “hay más cosas aparte de la pelota”. 

En aquel momento, tenía 35 años, dos hijas, una mujer... En definitiva, “una familia estupenda” con la que “seguir viviendo la vida”, como ha apuntado, y así lo está haciendo. “La verdad es que lo asumí súper rápido. Después de estar en el suelo, fui para arriba y dije a otra cosa mariposa”. Eso sí, “por supuesto” vinculado con la pelota. 

Para ello, ha indicado que “los profesionales sanitarios me dieron las pautas que tenía que seguir, porque el que es deportista lo es toda la vida y nunca puede estar parado”. No puede jugar a pelota, pero sí hacer ejercicio aeróbico: “Salgo a correr, a pasear, en bici, algún día voy al frontón con unos amigos pero siempre me vigilo con el pulsómetro para no pasarme con las pulsaciones...”, ha señalado. Por eso, ha recomendado a los 9 jóvenes a los que se les ha detectado una cardiopatía que “se fíen de Uxua y de Marisa, que sigan todas las pautas y, en el peor de los casos que no puedan seguir haciendo deporte, que hay más cosas en la vida y que hay que disfrutarla”. 

Como ha concluido la cardióloga, “estuvimos mogollón de meses debatiendo qué hacer, porque a mí me parecía súper difícil y fue una toma de decisiones conjunta que nos llevó muchísimo tiempo”. De hecho, ha confesado que a veces piensan “igual no le hubiese pasado nada, pues probablemente, pero si le pasa...”.