59.981 personas se quedaron a la espera de su primera consulta con el especialista en enero de este año en Navarra y, además, ahora mismo hay 8.258 pacientes en espera de una intervención quirúrgica. Ahora bien, lo peor no viene por lo alarmantes que son las cifras, sino porque únicamente muestran las personas que están esperando una primera visita, es decir, ¿qué ocurre con aquellas que ya están en el sistema?

En una comisión parlamentaria celebrada ayer en el Parlamento foral, representantes de Cocemfe Navarra (Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica), denunciaron la agónica situación que se vive en la Comunidad Foral con las listas de espera en relación a las personas con discapacidad, que son las que más sufren estas esperas.

Edurne Jauregui, gerente de Co-cemfe, recordó que Navarra registra “36.000 personas con discapacidad, 41.000 si le sumamos aquellas discapacidades no reconocidas, y un 70% de estas son físicas y orgánicas”, es decir, que requieren atención sanitaria en muy diversas especialidades. En la actualidad suponen el 70% de las consultas de Atención Primaria y el 60% de los ingresos hospitalarios, tal y como reveló Jauregui; “hay que solucionar el tema antes de que se desborde, si no se ha desbordado ya”.

Sin embargo, la magnitud del problema no viene mostrada por las cifras, ya que en casos de personas con discapacidad, enfermedades crónicas o patologías, “estos retrasos impactan en la salud, tanto en la física y mental, porque detrás de estas cifras hay personas que no saben cuándo van a ser atendidas, personas desesperadas”, relató Cristina Mondragon, presidente de Cocemfe Navarra. Así, a estas esperas hay que añadir el miedo y la falta de información.

Mondragon sostiene que creen que la atención primaria “es un colapso”, ya no solo por la reducción de personal o el uso ineficaz de los recursos disponibles, sino también por “los horarios de apertura, que son restringidos, y no todos los centros tienen atención a la tarde”. Además, a esto hay que sumarle el aumento de las consultas telefónicas, “que pierde la calidad y humanización de la salud”.

Otro problema que denuncian desde Cocemfe es la mala gestión de la atención especializada, “la falta de coordinación entre especialidades”, sentenció Mondragon. Más de un 50% de las personas con discapacidad tiene reconocida más de una patología, por lo que la necesidad de una coordinación entre especialistas se hace más que evidente.