En el año 2019, surgió de la mano de la Federación Andaluza, con la Real Federación Española de Caza y de sus entidades autonómicas una campaña que puso el foco de atención en la influencia y el peso que tenía y sigue manteniendo el colectivo de los cazadores en España, tanto por los cientos de miles de personas que practican esta actividad, como por el impacto de las funciones que llevan a cabo en el medio ambiente. A través del eslogan La caza también vota, el colectivo dio un toque de atención a la clase política, con el objetivo de recordar la relevancia del mundo rural y la defensa de las tradiciones y de la libertad para desarrollar una actividad perfectamente regulada por las leyes, así como sostenible y acorde a la evolución de las especies animales.

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Fotos de la manifestación de cazadores en Pamplona Unai Beroiz

Cuatro años más tarde, son varias las federaciones autonómicas que están impulsando de nuevo esta campaña, con manifestaciones en las calles de diversas capitales, para que el paso por las urnas de mayo tenga presente que la España vaciada y que los cazadores constituyen un sector al que las fuerzas políticas no deberían desoír. Entre ellas, se sitúa Navarra, región en la que en el 2018 nació la denominada marea naranja y que el pasado domingo vio cómo más de 12.000 personas recorrieron las calles del centro de Pamplona para exigir el cese de las agresiones, en forma de polémicas normativas, con las que determinados partidos tratan de contentar a las agrupaciones animalistas.

Detrás de “la caza es libertad”, la frase que se leía en la pancarta principal de la movilización, caminaron miles de cazadores, con sus cuadrillas y familias, ataviados con sus chalecos naranjas para rechazar categóricamente los últimos movimientos legislativos, tanto navarros como estatales, que equiparan las mascotas con los animales que colaboran en la caza. Los propietarios de perros y hurones dedicados a estos menesteres han visto en este final de legislatura cómo sus obligaciones han aumentado sobremanera, acompañadas de un incremento también en sus gastos.

Las desavenencias contenidas en la Ley de Protección de los Animales de Compañía de Navarra y en el decreto foral que desarrolla esta normativa han propiciado la firme oposición de los cazadores desde que comenzara a redactarse su planteamiento. Sin embargo, y pese a la reformulación de algunos de sus puntos gracias a la presión de la Federación Navarra de Caza (FNC), todavía resisten otros que coartan la acción del colectivo en la naturaleza, impidiendo ejercer con seguridad y efectividad la función que asumen en el cuidado del medio ambiente.

Estudios científicos como los presentados estos últimos años por la FNC, de la mano de la Universidad de Castilla-La Mancha, avisan de que esta clase de deriva política regida por las coacciones animalistas va a provocar cuantiosos aumentos en los daños producidos por especies como el conejo o el jabalí, que se traducirán en más de siete millones de euros de costes, por su impacto en la agricultura y en los accidentes de tráfico, en los próximos tres años.

Por todos estos motivos, miles de personas se echaron a la calle el domingo en la capital navarra, donde corearon consignas como “sí a la caza”, “sí al mundo rural”, “sí a nuestras costumbres”, “no a la ley animalista”, “nuestros perros no son solo mascotas” o “la caza es una actividad esencial”. Este último concepto representa, precisamente, el principal argumento de la renovada campaña de La caza también vota, puesto que aceptar esta realidad, incontestable en el mundo rural y en la naturaleza, supone el primer punto para comprender la impronta tan positiva y necesaria que la caza posee en el medio ambiente.

Por ello, desde la FCN se apremió a todos los cazadores a que tengan presente los movimientos que han protagonizado las diferentes fuerzas políticas de Navarra durante esta legislatura, en el momento en el que vayan a depositar su voto en los comicios de mayo. El presidente de la entidad, José Ángel Remírez, lo tiene claro: “La federación jamás pedirá el voto para un determinado partido, porque en nuestra esencia está el dialogar con todo el mundo y en buscar alianzas y un trabajo conjunto con todas las formaciones, en beneficio de la sociedad y de los derechos de nuestro colectivo. Sin embargo, no debemos olvidar que el camino andado deja huella”.

Así, por ejemplo, durante la protesta en las calles de Pamplona se rechazaron algunas de las actuaciones del Gobierno de Navarra durante esta legislatura. “Estamos cansados de que nos coarten nuestras libertades y de que se nos dé la espalda, cuando los cazadores somos imprescindibles en la naturaleza y en el mundo rural, donde ejercemos muchas labores que hacemos de manera desinteresada y que son vitales”, alegó Remírez, que sentenció que “es hora de que tomemos medidas para defender nuestros derechos y nuestras libertades”.

En esta lucha para salvaguardar las tradiciones asociadas al mundo rural, los cazadores navarros no son los únicos cuya paciencia se ha agotado ante las decisiones de los gobiernos regionales y nacional. El 6 de mayo, en Valencia, y un día después, en La Rioja, el sector cinegético regresará a las calles para clamar contra el acoso que los animalistas están acometiendo en los últimos años y que forma parte de una calculada estrategia para, a través de las presiones en el ámbito político, ir logrando prohibiciones paulatinas en el camino a su propósito final, que no es otro que acabar con una actividad milenaria en el ser humano, con una infinidad de beneficios medioambientales y sociales, y que, además, representa un sostén insustituible para un mundo rural que cada día que pasa se siente más olvidado.

Para que todos los cazadores navarros sepan los rumbos de los diferentes partidos que concurrirán a las elecciones forales, la FNC iniciará ahora una ronda de contactos con todos ellos, en la que se abordarán las propuestas de sus programas en materia de caza y medio ambiente. “Deberemos votar con responsabilidad, puesto que la próxima legislatura será clave para detener el germen animalista que se ha infiltrado en muchas de las instituciones y que, en realidad, no busca ni la protección de los animales ni la correcta evolución del medio ambiente”, afirma el presidente federativo. “Somos los cazadores y los habitantes del mundo rural los que, semana a semana, salimos al monte, nos preocupamos de todos los animales, de los que conviven con nosotros y de los que viven en la naturaleza, y trabajamos con esfuerzo y denuedo para que el medio natural progrese”, concluye.