Cada vez es más importante saber comunicar y transmitir. Ya es esencial en muchos puestos de trabajo, y la pandemia, en la que muchas de las reuniones se mantenían a través de plataformas de comunicación telemáticas, supuso un nuevo reto para esta cuestión, igual que la mascarilla a la hora de transmitir. Y, sobre hablar en público, sabe sobradamente la cántabra Mercedes Pescador, reconocida como empresaria del año en 2020 por ASEME y propietaria de la firma Medialuna que en su libro Sin vergüenza pone fin a este miedo y facilita las claves para iniciar y terminar un discurso, moverse en un escenario y mirar a los asistentes, o expresarse ante una multitud con diversas audiencias. 

En su libro aborda el miedo a hablar en público y aporta claves para vencerlo. En el Estado, ¿siente que le concedemos a la oratoria la importancia que tiene? 

Cada vez más, pero completamente insuficiente. Es necesario y urgente incorporar la oratoria y las habilidades de comunicación desde el principio, desde la escuela, para que las personas, cuando llegan a una empresa o a una organización -sea privada o pública- tengan lo básico para que no sea un impedimento, sino una ventaja. La comunicación es esencial en la vida, y sin embargo no ocupa el espacio suficiente en la educación.

Hablan de que el 75% de las personas reconoce tener miedo a hablar en público. ¿Qué nos da más miedo de hablar en público?

El juicio de los otros es difícil de soportar. El ser humano es lo que es él mismo más lo que los otros opinan, y lo que los otros opinan no siempre se asimila de forma natural, sino que representa un impacto muy grande en la persona, produciendo a veces falta de autoestima. Solamente con entrenamiento, con conciencia y con ejercicio de oratoria y de comunicación pública se puede superar esa barrera que es lógica y que tiene todo el mundo. El miedo es natural. 

¿Cuáles son algunas de las claves que aporta en sus talleres para quienes quieren aprender a hablar en público, a desenvolverse al frente de un auditorio o en una sala de reuniones? 

Los talleres Sin vergüenza son desde el principio muy prácticos. Hacemos simulaciones con distintas audiencias, porque no nos olvidamos jamás de que emisor y receptor existen. No puedes prepararte tu discurso, salir ahí y no darte cuenta de que tienes a un auditorio. Por lo tanto, con los ejercicios que hacemos con el método Sin vergüenza en la práctica ante distintas audiencias, esas audiencias tienen emociones diversas, y hacemos que la persona entrene como en un gimnasio, pero de oratoria, distintos retos, distintos tipos de audiencias y de emociones, y que aprenda a reconocer esas emociones en ella misma y en los demás. Con eso, hacemos entrenamiento desde Domina el escenario, mueve el escenario, como solemos decir, o Prepara tu discurso. Una de las cuestiones más difíciles es resumir. Resumir y contar tu idea de proyecto en un minuto suele costar un montón. Además, no sabemos empezar y terminar, la primera frase y la última. Resumir es un arte que apreciamos mucho todos pero que nos cuesta. 

Me gustaría ponerle tres ejemplos que pueden ser de ayuda. Antes hablaba del don de resumir, de crear la primera y la última frase perfectas. Cuando vamos a un auditorio o reunión, ¿conviene llevarse un guion en papel?

Por supuesto. A una reunión tienes que ir con una agenda de reunión y después hacer un acta. Porque si uno va con una agenda de reunión sigue un guion, y si después hace un acta de resumen de lo que se ha dicho y sabe que eso va a estar ahí, no dice más cosas de la cuenta, o se explica bien para que quede constancia. El valor de la palabra escrita te ayuda a resumir y a hacer una comunicación eficaz. 

Otra cuestión es que hablar sentados parece otorgar una mayor sensación de seguridad, pero la voz no se proyecta igual. ¿Cómo podemos proyectar la voz?

La voz es la herramienta más poderosa del ser humano, y en los talleres también hacemos ejercicios de doblaje, vocalizar y entonar, porque la entonación marca el estado de ánimo en un evento. ¿Qué tenemos que hacer? Entrenar también la voz. Leer en alto y pararse en los puntos. Y después, en cuanto a la tonalidad y el tono de voz, si tú estás con una audiencia que por ejemplo son unos gritones y tú tienes una voz pequeñita, o a lo mejor tienes que hacer un silencio ante gente que hace demasiado ruido. La voz es poderosa. 

Y, cuando estamos hablando de pie, ¿qué hacemos con los brazos y las piernas? 

Naturalidad. No puedes estar moviéndote constantemente. Mi recomendación es poner los pies como si fueran dos clavos o dos arbolitos, y mover un poquito el cuerpo. Puedes mover los brazos y las manos, y siempre gusta. Naturalidad, que el cuerpo te acompaña. Lo importante es el interior, porque el cuerpo refleja lo que tú estás sintiendo. Por lo tanto, antes de una comparecencia pública haz el ejercicio de lo que quieres transmitir a los otros, olvídate de ti, piensa que estás ahí para transmitir un mensaje a los demás, resume lo que puedas teniendo en cuenta su tiempo, y considéralos. Y así tu cuerpo te va a acompañar.