La Asociación Navarra de Diabetes (Anadi) está de aniversario. Y es que lleva 40 años trabajando para sensibilizar sobre la amplia presencia de esta patología metabólica, reivindicar la mejor atención para sus pacientes y mostrar a las personas afectadas “otra forma de vivir la diabetes”. “Al individuo que le han diagnosticado diabetes le ofrecemos una perspectiva diferente y trabajamos con ella para mejorar su autocuidado y fomentar su autonomía, de forma que la enfermedad no le frene. Porque, aunque sea crónica, si se aprende a controlar la diabetes se puede llevar una vida normalizada”, ha explicado Juantxo Remon, presidente de la asociación.

Anadi ha celebrado este viernes esta efeméride en la sede del Colegio de Médicos de Navarra, en Pamplona. Un acto en el que han repasado la trayectoria de la asociación a través de charlas y coloquios, además de rendir homenaje a las personas fundadoras, las primeras socias y colaboradoras. 

La semilla de la asociación

En junio de 1983, un grupo de padres y madres de menores con diabetes se reunían para poner en común sus inquietudes y buscar la forma de apoyar a estos pequeños, impulsados por la doctora Mirentxu Oyarzábal y su equipo de la Unidad de Endocrinología Pediátrica del antiguo Hospital Virgen del Camino. Nacía, de este modo, la Asociación de Padres de Diabéticos Infanto-Juveniles de Navarra, que fue la semilla de la actual Anadi y que 40 años después se ha convertido en “una referencia” para el conjunto de los y las pacientes y sus familias. No obstante, cuenta con 653 personas asociadas.

En el acto, al que han asistido representantes del Gobierno de Navarra, del Ayuntamiento de Pamplona, de grupos políticos y personal sanitario, Remón ha querido expresar “el agradecimiento de todas las personas con diabetes a quienes dieron los primeros pasos de la asociación y a quienes han colaborado desinteresadamente en estos años para poder contar con lo que hoy es Anadi”, que tiene por delante “un gran trabajo de formación, información, cooperación, impulso de iniciativas y vigilancia de políticas de salud”. Una labor que, ha añadido, requiere “del apoyo de quienes habéis estado, de quienes estamos y de quienes estaremos”. 

“Aunque la diabetes sea crónica, si se aprende a controlar se puede llevar una vida normalizada”

Juantxo Remón - Presidente de Anadi

La Comunidad Foral tiene registradas a unas 40.000 personas con este diagnóstico, de las que unas 2.000 tienen diabetes tipo 1, cuando el páncreas no genera insulina y es preciso inyectarse, y el resto tienen diabetes tipo 2, ligada a hábitos poco saludables. Sin embargo, la cifra de afectadas podría llegar a 50.000 si sumamos los casos no diagnosticados. A todas ellas, Anadi les ofrece un punto de referencia para aprender a vivir con esta enfermedad a través de apoyo emocional, educación diabetológica y servicios como psicología, enfermería, trabajo social o actividades deportiva... haciendo hincapié en formar a la población infantil con diabetes a través de iniciativas como campamentos, juegos o talleres.