Por primera vez en la historia de los congresos mundiales de protonterapia (PTCOG), el programa científico de la 61º edición, recientemente celebrada en Madrid, ha incluido una sesión plenaria sobre humanización de la asistencia y la importancia de prestar un cuidado integral al paciente oncológico.

Entre médicos y físicos, la Dra. María Die Trill, psicóloga clínica y responsable de la Unidad de Psico-Oncología del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra, ha defendido “la importancia de la atención psicosocial como ingrediente fundamental en el trato con los pacientes, sobre todo en el contexto de un tratamiento que baraja una complejidad técnica significativa en la que no podemos olvidar que el receptor último es una persona con necesidades psicológicas, temores y dificultades para gestionar todas las emociones que surgen en el proceso oncológico”.

Aunque apenas existe literatura científica relacionada con el impacto psicológico de la protonterapia sobre los pacientes y sus familias, la Dra. Die Trill, creadora y fundadora de la primera Unidad de Psico-Oncología de España, ha destacado que ya “se observan reacciones de ansiedad, de depresión, incapacidad para gestionar la incertidumbre de los resultados, alteraciones anímicas y comportamentales ante un tratamiento para el que muchas veces hay que desplazarse, separándose de los seres queridos y del propio entorno”.

Ante esos primeros síntomas de riesgos psicosociales, su experiencia clínica resalta que existen “terapias psicológicas basadas en la evidencia que facilitan la adaptación a un tratamiento altamente complejo. Entre ellas, se pueden destacar las técnicas cognitivo-conductuales, las de resolución de problemas, la reducción del estrés, los grupos de apoyo y las terapias complementarias, como la musicoterapia, la arteterapia o la escritura terapéutica”.