La ciclista de 57 años que resultó atropellada en Zizur el martes y que ha fallecido finalmente en el Hospital Universitario de Navarra debido a una hemorragia interna era Ana Etxeberria Zarautz, vecina de Zizur y que trabajaba actualmente en el departamento de Orientación del CIP Huarte-Huarte IIP (Olaz Txipi), donde formaba parte de la junta directiva.

Había llegado a dicho instituto hace cuatro años, pero Ana Etxeberria arrastraba una larga trayectoria en varios centros docentes de la Comunidad Foral. Había trabajado anteriormente en el instituto de Lekaroz-Elizondo, en el Pedro Atarrabia de Villava y en el IES Tierra Estella de Estella-Lizarra, en todos ellos en la rama por euskera. Su vocación por la orientación en la formación del alumnado quedó plasmada allí por donde pasó, volcada como pocas en la resolución de los conflictos. De hecho, incluso fue asesora para la convivencia en el departamento de Educación. Ana Etxeberria mantenía desde hace años una relación de pareja con el psicoterapeuta, sociólogo y teólogo Enrique Martínez Lozano.

Hace años, Ana Etxeberria también se volcó a la hora de impartir conferencias y cursos con la Universidad Vasca de Verano sobre la música y el folklore vasco, en cuyo ámbito didáctico era una investigadora de relumbrón.

Una docente 150% comprometida y de gran humanidad

En aquellos centros en los que impartió clase la huella que dejó fue de lo más profunda. En su actual instituto de Huarte, los compañeros y compañeras la recordaban esta mañana como "una persona que valoraba mucho la vida, sonriente, positiva, con una palabra amable para cada persona, empática, con carácter y una gran humanidad, porque trabajaba, día a día, para ir creciendo como persona y ayudar a los/as demás a crecer en esa humanidad. Era una compañera comprometida, abierta y que participaba en todos los proyectos. Creía en lo que hacía y en las personas. Cada alumno/a y compañero/a se podía sentir único/a cuando ella le escuchaba. Le gustaban mucho las dinámicas y, con ellas, animaba a expresarse a las personas más allá de sus dificultades y a acoger y vivir su propia realidad emocional. “La queremos mucho”. La noticia de su fallecimiento "es un palo enorme, estamos muy afectados", “cuando lleguemos en septiembre al instituto todos vamos a esperar los brazos abiertos de Ana para recibirnos”.