Reducir las listas de espera es uno de los principales objetivos, si no el primordial, del nuevo departamento de Salud, encabezado por Fernando Domínguez. Y es un reto que urge porque vuelven a estar en máximos. El mes de julio se cerró en Navarra con 60.612 pacientes a la espera de una primera consulta con el especialista, un incremento de 3.400 personas con respecto a las cifras de junio. También se incrementa la lista de espera quirúrgica, que pasa de 8.240 personas en junio a 8.479 el mes pasado. Se trata de un repunte importante que sitúa las cifras casi en máximos pero que se produce en el contexto del verano, una época en la que históricamente aumentan las listas de espera al reducirse la actividad en los hospitales.

Pero que el repunte estival fuese esperable no quita para que la situación sea difícilmente asumible. El verano pasado se inicio con 52.886 personas esperando una primera consulta en junio, en julio repuntaron a 55.964 y en agosto se alcanzó el récord histórico de 61.105 pacientes en lista de espera. Por lo tanto, el punto de partida este año es peor que el anterior: en junio había 57.177 personas en lista de espera y en julio ha crecido hasta las 60.612 –4.648 más que en julio de 2022– por lo que de producirse un nuevo y probable incremento en agosto se podría superar el récord alcanzado en agosto del año pasado.

En cuanto a los quirófanos, la situación es parecida: tras un incremento paulatino de las listas en 2022 se alcanzó el pico en febrero de este año, con 8.577 pacientes aguardando una operación. Desde entonces, se ha conseguido ir reduciendo las listas gracias, principalmente, al aumento de la actividad extraordinaria pero el repunte de julio deja a 8.479 personas a la espera de una intervención, cifra similar al techo de febrero.

Concertación extraordinaria

Al margen de las medidas que pueda tomar el consejero Domínguez para reducir las listas, el departamento de Salud ha desarrollado ya este año un acuerdo marco que se va a implantar en este último trimestre del año para llevar a cabo una concertación extraordinaria, es decir, para derivar más pacientes a hospitales privados. Cuenta con una partida de 3 millones de euros y, según detallaron ayer fuentes del departamento, va a permitir agilizar a pacientes preferentes de determinadas especialidades de forma complementaria con la actividad propia de Osasunbidea.

Tres meses para una operación

Y además de reducir el número de pacientes, el objetivo también es disminuir los tiempos de espera. En el caso de las primeras consultas, la demora media se ha mantenido estable todo el año, en torno a 70 días, pero en julio ha ascendido a 74 –dos meses y medio–. En las quirúrgicas, la demora ha sido siempre superior, pero tras iniciarse el año con 84 días de espera media se consiguió reducir a los 75 de junio, para ahora incrementarse hasta los 91 días –tres meses–: 16 días más en solo un mes.

En lo que respecta a las especialidades, la Red de Salud Mental refleja el punto positivo. Desde principios de año se contabiliza una bajada del 30%, al pasar de 1.294 personas a la espera de primera consulta a las 908 actuales. Pero hay un conjunto de especialidades que concentran la mayor parte de los pacientes: Traumatología, Raquis y Rehabilitación aglutinan a más del 30% de los pacientes que aguardan una primera consulta con el especialista.