La salud mental y emocional es un tema que en los últimos años está dejando de ser tabú. Cada vez es más común que se hable de ellas en la calle, en las familias e incluso en política. Este avance se debe a toda la gente que ha trabajado durante años y se ha esforzado por visibilizar estos problemas de salud que parecían destinados a ser sufridos en silencio. Algunas de estas personas son las que forman el Teléfono de la Esperanza, que este domingo ha vuelto a alzar la voz en apoyo de “todas las personas que sufren” en la celebración de la quinta edición de su Carrera +e solidaria. La asociación ha alcanzado los 800 inscritos, a 15 euros el dorsal, y batiendo así el récord de participación de los años anteriores. 

“Cuando empezamos éramos muy poquitos y ver que cada año viene más gente es muy emocionante”, contaba orgullosa la presidenta de la asociación, Begoña Arbeloa. Desde las 10.30 el parque de Antoniutti acogió a las cientos de camisetas verdes junto al grupo de batucada La Farruka, que animó los minutos previos a la salida de las pruebas de 5 km y 10 km.

"La pandemia ha sacado a flote la soledad y hay una necesidad de tener a alguien con quien hablar"

El Teléfono de la Esperanza es una asociación dedicada a la promoción de la salud emocional, en especial en las personas que se encuentran en situación de crisis, y está presente en Navarra desde 1972. Realiza su labor en tres áreas distintas: orientación telefónica, programas de atención psicológica y la organización de cursos y talleres. Tan solo en este año, han atendido 12.000 llamadas y “va aumentando, sobre todo en jóvenes”, ha señalado la presidenta. “La pandemia ha sacado a flote la soledad y hay una necesidad de tener a alguien con quien hablar”, ha explicado Arbeloa, para animar a que “todos podemos ayudar a sensibilizar y a mejorar la salud emocional”.

José Antonio Jímenez, de 51 años, ha contado que tiene gente cercana que ha intentado quitarse la vida y una amiga de una conocida se suicidó debido a una depresión. “Vivimos en un mundo tecnológico donde solo importa la apariencia y la gente está muy sola. Es vital poder ser sincero y abrirte con alguien”, aseguró tras participar en la carrera junto a su hijo Cristian, de 22 años, que acudió por segunda vez. 

Virginia Pelluz, de 51 años, ha debutado ayer tras aficionarse al deporte “en el último año” y ha asegurado que “tendría que venir mucha más gente”. Dentro del “buen ambiente”, ha destacado la sensación al salir ya que “con los aplausos, todos vestidos igual y unidos por una misma causa, te pone los pelos de punta”. Ha acudido junto a Cristina Menéndez, quien ha destacado “la cantidad de voluntarios jóvenes, me ha hecho ilusión”. Menéndez conoce bien la asociación debido a que acudió hace más de 10 años. “Hice algunos cursos con ellos y fue muy bien. Hacen una labor encomiable, lo recomiendo sin ninguna duda”, ha contado. 

También “recomendaría venir para que se vea más su labor”, Roberto Saavedra, de 37 años, que, en su primera participación, le sorprendió “el ambiente familiar y lleno de alegría”. Al igual que Ane Bermejo, de 22 años, que resultó ganadora de la prueba de 5 km y destacó que “toda la gente que anima ayuda a que los metros se hagan más cortos”. Debutantes y habituales se unieron para lanzar un mensaje de apoyo a quien sufre problemas de salud emocional y reivindicar la labor que hace el Teléfono de la Esperanza.