La magistrada Esther Erice, presidenta de la Audiencia Provincial de Navarra, aseguró el pasado jueves que la ley del ‘Solo Sí es Sí’ “es una ley muy, muy extensa, la sociedad y la clase política se han centrado en una parte de una disposición final cuando la norma va mucho más allá de la represión penal”. “Hay una fascinación por el derecho penal propio de sociedades autoritarias, de pensar que la represión penal lo va a arreglar todo y no arregla nada. Tiene que ser un instrumento más pero no es la solución. Es una ley garantista por su integralidad”, remarcó quien votó en contra de la rebaja de condena a un miembro de La Manada.

Destacó además que es una de las “más avanzadas y progresistas de Europa”. “Es importante la regulación que ahora se hace del consentimiento, ya no hace falta probar esa intensidad de violencia o intimidación. Se regulan también las agresiones a menores. Da mucha importancia al acompañamiento y a la reparación, como es la quiebra de expectativas de vida, y es importante porque se indemniza poco. Regula también los centros de crisis de 24 horas, la atención a víctimas de trata, las unidades de valoración forense...se valora el daño físico, social, la salud sexual o reproductiva... Tiene una virtud y es la integralidad. Estos procesos son duros y seguir adelante no es posible si no hay un apoyo social, trabajo en red y educación!”.

Por su parte Tere Saez de Lunes Lilas destacó el punto de inflexión que supuso a nivel social el asesinato de Nagore Laffage y relató los avances que se habían dado a nivel legislativo hasta llegar a donde estamos, con temas como “el consentimiento” ante agresiones, aunque queda pendiente trabajar “todo el tema de la justicia restaurativa a las víctimas y supervivientes de mujeres asesinadas, las reparaciones tienen que ser a la carta, y también a la hora de escuchar el perdón de las instituciones”. Abogó también por impulsar programas como Skolae, avanzar en la detección de casos a través de Salud “como puerta de entrada genérica tanto de mujeres como menores”, y coordinar desde lo local el pacto de los cuidados. La madre de Nagore Laffage Asun Casasola, asesinada en 2008, sigue echando en falta “escuchar por parte del agresor o de la familia: Siento lo que hice a tu hija” para poder ser “reparada” como víctima.