Elodie, Queeny y Constantine son tres de las más de 30 personas procedentes de diversos países europeos que han participado este año en el programa Cuerpo Europeo de Solidaridad (CES), implementado por el Departamento de Vivienda, Juventud y Políticas Migratorias a través del Instituto Navarro de la Juventud. Concretamente, han sido 35 las y los jóvenes europeos procedentes de Italia, Alemania, Francia, Rusia y Serbia los que han realizado trabajos voluntarios con un total de 11 entidades sociales navarras, una estancia que puede extenderse durante un año completo. Hasta la fecha, este programa, financiado por la Comisión Europea y puesto en marcha en 2019, ha permitido que 71 jóvenes de Europa se impliquen activamente en proyectos sociales de la Comunidad Foral.

El Cuerpo Europeo de Solidaridad (CES) tiene por objetivo la creación de oportunidades para que las personas jóvenes de entre 18 y 30 años participen en proyectos de voluntariado en el tercer sector, tanto en sus propios países como en el extranjero. De esta manera, las y los voluntarios europeos realizan tareas como acompañar a personas en situación de exclusión social, ayudar en los comedores sociales, colaborar en actividades de ocio y tiempo libre o participar en programas de envejecimiento activo. Actividades, todas ellas, con un carácter social que buscan alinearse con principios como la justicia social, el fomento de la economía social y solidaria, la sostenibilidad y la participación juvenil.

Las entidades que en 2023 han acogido a las personas voluntarias han sido Proyecto Hombre, Cruz Roja Tudela, Fundación Tudela Comparte, SETEM Federación, Ayuda Contenedores, Geltoki, Global Ecovillage Network, Arterra Bizimodu, Santuario Animal Corazón Verde, Fundación Gizakia Herritar, Fundación Itaka Escolapios, Asociación Educadores Leonardino, Asociación Navarra Nuevo Futuro y la Fundación San Francisco Javier.

Recientemente, el Instituto Navarro de la Juventud organizó un encuentro en el refugio juvenil de Belbieretxea, en Santesteban / Doneztebe, entre las personas jóvenes que ahora realizan su voluntariado en Navarra a través del CES. Un encuentro en el que las personas participantes pudieron evaluar su experiencia y compartir información y recursos sobre sus opciones de futuro.

Experiencia enriquecedora para ambas partes

Entre las distintas localidades que acogen a las personas voluntarias, Pamplona / Iruña y Tudela concentran la mayoría. Del total, 27 son mujeres y 8 hombres, coincidiendo con las experiencias pasadas en las que ha predominado una mayor participación femenina. 

Elodie Vanduynslaeger, voluntaria francesa de 18 años, lleva tres meses colaborando con la Fundación sin ánimo de lucro Tudela Comparte, organización que eligió “porque buscaba un proyecto con mucho contacto humano y que se dedicara a ayudar a colectivos desfavorecidos”. Principalmente acompañan a personas en situación de calle y migradas, pero destaca que hay una “gran variedad” de perfiles que acuden a la entidad en función de la nacionalidad, edad y el tipo de familia. 

La estancia, además de para sensibilizarse con la realidad de distintos colectivos sociales, le está permitiendo mejorar su castellano: “Sabía un poco de español antes de ir a España, pero como ahora estoy hablándolo todos los días, puedo decir que me está permitiendo aprender otro idioma. Además, voy a estudiar en una escuela de comercio y los idiomas son muy importantes, y por eso me parece genial, es la mejor manera de aprender español”. A nivel profesional, al querer dedicarse al mundo comercial, Elodie explica que Villa Javier cuenta con una pequeña empresa y le resulta “muy interesante” ver cómo funciona, al igual que su experiencia en la tienda de la fundación, que le exige, por ejemplo, cuidar cómo se colocan los productos y se gestionan los que llegan, o llevar las cuentas. “Puedo decir que esta experiencia me aporta muchas cosas, como tener una mentalidad más abierta. Encuentro gente muy diferente, personas que colaboran, pero también amigos y otros voluntarios de países diferentes, y eso es genial para tener una visión más amplia del mundo”, afirma. 

Manuel Campillo, miembro del Patronato de Tudela Comparte, destaca la riqueza que voluntarias y voluntarios aportan al trabajo de la entidad y a la comunidad tudelana: “La incorporación de voluntariado joven a la actividad de nuestra entidad nos rejuvenece y da otro aire. Traen ideas y nuevas costumbres, es otra visión que nos viene muy bien, y si añadimos que, además, son de otros países y culturas, todavía más”. “No sólo ha enriquecido nuestra experiencia como organización, sino la propia ciudad de Tudela, porque hemos tenido la suerte de que casi la mitad de las personas que pasan todos los años por aquí, deciden quedarse a vivir en Tudela”, añade.

Por su parte, Rosa Oteiza, de la ONG Ayuda Contenedores, donde otros jóvenes realizan su voluntariado, manifiesta que “el punto de vista de las y los jóvenes voluntarios nos da nuevas expectativas, porque nuestro trabajo es la reutilización para mandar a otros países a partir de las donaciones que tenemos, y ellos ofrecen ideas muy sorprendentes”. “Resulta muy interesante ver el aporte de jóvenes de otros países que tienen también otras formas de ver nuestras tradiciones y lo que hacemos. Comparar cómo se resuelven las situaciones resulta muy beneficioso para todos, para ellos y para nosotros”, resalta Oteiza, quien agrega que, actualmente, los conocimientos de carpintería de uno de los voluntarios de la organización están siendo fundamentales a la hora de preparar cajas especiales para envíos delicados con material médico. 

Aprendizaje y disfrute sin coste

El programa de movilidad que ofrece el CES, que además de países europeos incluye como destinos Islandia, Estados Unidos, India, o Turquía, entre otros, cubre todos los gastos de participación (viaje, alojamiento, manutención, formación y seguro de salud). La experiencia, cuya duración general oscila entre los 2 y 12 meses, también incluye una asignación mensual para gastos de bolsillo. La información detallada del programa se puede encontrar en la web del INJ.

El trabajo de voluntariado favorece que las personas jóvenes contribuyan a la labor diaria de organizaciones diversas en actividades que repercuten en el bienestar de las comunidades donde se llevan a cabo. Además, les permite adquirir experiencia, habilidades y competencias para su desarrollo personal, educativo, social, cívico y profesional, lo que redunda en su empleabilidad e implicación en pro de una ciudadanía activa. 

Todas las personas, una vez se incorporan a los proyectos, reciben una formación a la llegada que aborda cuestiones como el aprendizaje intercultural, la convivencia y la gestión de dificultades, además de explicar características propias del programa. Esta preparación se realiza numerosas veces a lo largo del año para poder acompañar a las distintas tandas de personas voluntarias participantes.

El Instituto Navarro de la Juventud estará a cargo de la próxima formación a nivel estatal, que tendrá lugar entre el 12 y 15 de diciembre y a la que asistirán 25 jóvenes que realizan su voluntariado en territorio español. 

Los proyectos a los que se suman las voluntarias y voluntarios corresponden a organizaciones que han solicitado su participación en el programa y han obtenido previamente un Sello de Calidad.