"Estamos llenos de tristeza porque nuestro hijo Gabriel se ha ido, pero nos queda su ejemplo de valentía y de lucha y esperemos que su caso abra la puerta a que otros niños con cáncer se puedan salvar”.

Es el duro testimonio que, entre lágrimas, relata Donald Ávila, padre del pequeño Gabriel –Gabrielito, como le conocen en su país–, un niño costarricense de 7 años que junto a sus padres voló en octubre del año pasado a Pamplona para tratarse la leucemia linfoblástica aguda –cáncer de sangre y de la médula ósea– de la que fue diagnosticado en 2020.

Tras varios meses de tratamiento en la Clínica Universidad de Navarra (CUN), a Gabriel le tuvieron que hacer un trasplante de médula ósea y fue su madre, Marianela, la donante. “El trasplante fue muy bien y Gabriel se iba recuperando poco a poco. Pero la semana pasada se contagió de un rhinovirus, que le provocó una neumonía y una complicación en los pulmones. Lo intubaron porque no podía respirar bien y, tristemente, falleció este sábado”, relata Donald.

La historia de Gabrielito –como le bautizaron cariñosamente en Costa Rica– ha generado una ola de solidaridad en su país y también en Navarra y mucha gente ha aportado su granito de arena en el crowdfunding que la familia lanzó para tratar de costear parte del tratamiento al que estaba siendo sometido el pequeño, ya que en su país “lo desahuciaron”, comenta su padre.

Gabriel y su madre, Marianela, hacen un puzle en la habitación de la CUN. Cedida

Y es que tras tres meses de tratamiento en Costa Rica, a Donald y a Marianela les dijeron que nada había que hacer por su hijo y fue entonces cuando ellos decidieron mover cielo y tierra en busca de un tratamiento para su hijo, que nunca quiso tirar la toalla. “Buscamos alternativas en muchos hospitales. Gabriel necesitaba recibir inmunoterapia y después tenía que someterse a un trasplante de médula, porque sus defensas estaban fallando”, recuerda Donald.

Después de valorar diferentes opciones, la familia se decantó por el tratamiento que les ofrecían en la Clínica Universidad de Navarra y pusieron rumbo a Pamplona, en lo que fue “una de las decisiones más duras de nuestra vida”, pero que tomaron ante la valentía que mostraba su hijo frente a la enfermedad.

En octubre de 2023 aterrizaron en Madrid y tras una primera atención en la sede de la capital del Estado, Gabriel y sus padres –su hermana tuvo que quedarse en Costa Rica para terminar sus estudios– llegaron a Pamplona.

Durante estos meses, el pequeño ha recibido sesiones de inmunoterapia con el objetivo de limpiar su médula ósea para poder recibir el trasplante, que finalmente tuvo lugar el pasado 13 de enero. Su madre, al ser compatible, fue la donante de médula y la operación se realizó con éxito, pero Gabriel, que estaba en una situación muy delicada, sufrió una complicación en los pulmones recientemente que no pudo superar.

Agradecimiento

Todo este proceso Donald y Marianela lo han ido relatando a través de la página de Facebook Juntos por Gabrielito, en la que informaban de la evolución del pequeño especialmente para todas las personas que se interesaban por él desde Costa Rica.

El funeral de Gabriel se ofició el domingo y este martes tendrá lugar la incineración. “Nos vamos a quedar unos días aquí para dar las gracias a todas esas personas que en estos meses nos han apoyado, que han sido muchas. Al final la meta se cumplió. Vinimos en busca de una esperanza para nuestro hijo y en Navarra encontramos a unos ángeles que han sido todas las personas que nos han ayudado y también los profesionales de la CUN, que nos han atendido magníficamente”, comenta emocionado Donald, que añade: “Ahora volveremos a Costa Rica a empezar de cero. Nos llevamos la tristeza con nosotros, pero también el ejemplo y la valentía que tenido nuestro hijo”.